En la intimidad de lpequeño camerino que le asignaron para su participación en la Teletón por la Vida, Jerry Rivera reflexionaba que es una persona joven con una trayectoria de viejo.

“Apenas tengo 32 años (nació el 31 de julio de 1973 en Santurce, Puerto Rico) y ya voy por los 17 de carrera. Cuando cumpla los 35 tendré una trayectoria de 20 años”, comenta con sencillez.

Aunque a Gerardo Rivera Rodríguez (su nombre completo) siempre se lo ha identificado por salsas como Casi un hechizo, Amores como el nuestro o Cara de niño, ahora se inclina hacia el pop, sin dejar a un lado el romanticismo.

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“Lo romántico no se me va a quitar, son mis raíces. De hecho yo empecé interpretando canciones de José José, una de mis mayores influencias, junto a mi padre (Edwin Rivera). Lo que pasa es que Puerto Rico es también un país tropical, salsero”, refiere el artista que también es admirador del extinto salsero Frankie Ruiz a quien le dedicó el disco Canto a mi ídolo.

Pero lo de las baladas pop no es nuevo, ya lo hizo con Vuela muy alto (2002), ahora el nuevo disco se llama Ay mi vida, que apunta un poco a ese género e incluso tiene un reggaetón.

Sobre tu piel es su primer sencillo y “trata sobre un tipo que trata de venderle su imagen a una chica”, comenta Rivera, hijo de un bolerista y director del trío Los Barones, y de Dominga Rodríguez, una cantante aficionada.

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Ay mi vida es un disco autobiográfico, pero también es un material que  “tiene mucha crítica social. Apenas tiene tres baladas. Ay mi vida habla también de farsantes, manipuladores y de un acercamiento a Dios”, dice Rivera, quien se considera un respetuoso de todas las religiones.

Cuenta que la canción homónima del disco fue escrita por el italiano Emanuel Ruffini y anunció a Ríos de dolor como otro de los temas destacados del disco.  “Esta la compusimos con mi hermana Saned y aborda el maltrato a la mujer”.

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Eran más de las 19h00 y su turno para cantar estaba cerca. Alguien le hizo señas, pero él respondió con otro gesto como diciendo: “Ya voy, estoy en una entrevista”, que más bien resultó un diálogo informal.