Una maestría de la Universidad Complutense de Madrid plantea las debilidades de la terminal.
Fue León Febres-Cordero quien, como alcalde de Guayaquil, inauguró la Terminal de Transferencia de Víveres (TTV) el 4 de julio del 2000. La ceremonia fue ampliamente promocionada: los comerciantes le gritaban vivas mientras él bailaba –cogido de manos– con Ángela Tayupanta, una de las beneficiarias. Cinco años después, los más de 800 vendedores ubicados en los 504 andenes habilitados ya no tienen ganas de bailar.
La paradoja marca al centro de abastos más grande del país. Pese a su renovada infraestructura, la TTV –situada en el sector de Montebello– no es rentable para los vendedores. Un estudio lo confirma.
Una maestría de la Universidad Complutense de Madrid, que ocho profesores universitarios realizaron en el país, recoge las quejas de los comerciantes.
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La investigación, cuya coordinación estuvo a cargo del catedrático español José Cifuentes, indica que las ventas de los comerciantes disminuyeron al ser transferidos a esta dependencia. Hay cifras: se estima que sus ingresos decayeron en el 75%. Esta situación se da porque, pese a la prohibición municipal, los proveedores que llegan desde distintos puntos del país también reparten sus alimentos a otros mercados sin mayores controles.
Uno de los investigadores, Carlos León, señala que debido a la marcada distancia entre la TTV y los centros de abasto “existe un mercado de mayoristas paralelo en el centro de la ciudad”. León, profesor de la Universidad de Guayaquil, añade que -por la lejanía- los tiempos y los costos son mayores para los minoristas que van a Montebello.
Uriel Castillo, docente de la Universidad Católica, delinea las consecuencias: mayores precios para los consumidores y menores réditos para los productores.
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Ambos señalan como cómplices a empleados municipales y de la Comisión de Tránsito del Guayas que “a través de coimas” permiten durante la madrugada que los proovedores que deben entrar a la TTV se desvíen por Durán hacia la red de mercados.
Según el presidente de la Asociación de Comerciantes Mayoristas e Introductores de la TTV, Manuel Gallardo, “los minoristas de la red municipal ya no vienen porque les dejan los alimentos en la puerta, se ahorran pagar una camioneta y solo le pagan al cargador”.
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En la apertura de la TTV, el entonces alcalde Febres-Cordero recibió un poncho, una bufanda y un sombrero; Jaime Nebot, quien hoy lo reemplaza, recibe una recurrente petición: atender los requerimientos del mercado.