Fuego contra fuego fue la canción con la que Ricky Martin se reencontró con sus fanáticos, nueve años después de su última presentación en el país. El concierto, en el Ágora de la Casa de la Cultura, había empezado minutos antes, con tres temas en inglés de Life, su última producción, pero la verdadera comunión con el público se dio cuando sonaron las notas de la balada que lo hizo famoso a principios de la década del noventa. Fuego contra fuego fue el primer regalo para sus fanáticos de siempre, seguido de Livin la vida loca, en un concierto que estuvo diseñado para arrancar nostalgias.