UNA ESTUDIANTE DE COMUNICACIÓN ORGANIZACIONAL, DE 19 AÑOS, ES LA NUEVA REINA DE QUITO. ELLA QUIERE IMPULSAR LA EDUCACIÓN SEXUAL EN NIÑOS Y JÓVENES.
En la noche de su elección, los buenos augurios empezaron temprano para la nueva reina de Quito, María Gabriela Galárraga.
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En la fila de ingreso al Teatro Nacional de la Casa de la Cultura, donde se realizó la ceremonia el jueves pasado, una numerosa barra de amigos y familiares vaticinaba a todo pulmón que ¡Gaby va a reinar!
La barra de la nueva soberana inundó de ánimo el teatro, donde, a las 20h30, ya se congregaba el público. Karla Torres, la reina saliente, parecía nerviosa, mientras que una fila más abajo, en los asientos del jurado la Miss Ecuador, Ximena Zamora, radiante con un vestido celeste y unas extensiones en su cabello, comentaba que en su familia es una tradición asistir a las elecciones de la Reina de Quito.
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A las 21h06 se abrió el telón con una coreografía del grupo Vizú, que representó los momentos simbólicos de la historia de la ciudad.
El escenario fue una novedad, con estructuras móviles que mostraban, en pantallas, imágenes de la ciudad o fotografías de las candidatas. El diseño de la escena permitió un despliegue de luces de alta tecnología, que amenizaron las presentaciones del colombiano Lucas Arnau, del coro del Liceo Internacional y de los artistas Martín y Pancho Terán, Darío Castro y Cristian Mejía, quienes ofrecieron una serenata a la ciudad.
En su primer desfile, las candidatas lucieron diseños de la colección otoño-invierno de Milú Espinoza. En cambio, en la aparición en traje de noche, no se mencionaron los nombres de los diseñadores. María Gabriela Galárraga usó un vestido fucsia que, según confesó luego, fue comprado hecho.
A la hora de las preguntas, la nueva soberana dio una respuesta conmovedora al interrogante que le hiciera el presentador Cristian del Alcázar: Si le pidiera un favor especial a alguien, ¿cuál sería ese favor y a quién se lo diría? La joven respondió que le pediría a Dios que le diera un día más para compartir con sus dos abuelas, ya fallecidas.
A las 23h20 se conoció el veredicto del jurado. Para la nueva reina su elección fue una verdadera sorpresa, mientras que la soberana saliente, Karla Torres, entregó su corona y, con nostalgia, se integró al club de las ex reinas de la capital.
Soberana impulsará plan de alfabetización para niños de la calle
Las luces de las cámaras encandilaron ayer a María Gabriela Galárraga, nueva soberana de Quito. Aunque en el concurso debió acostumbrarse a las cámaras y micrófonos, ayer, en su primera rueda de prensa, movía sus ojos de un lado a otro, como si quisiera abarcar con la mirada a todos los periodistas que asistieron.
María Gabriela, de 19 años, nunca había tenido contacto con las pasarelas, ni había pensado que algún día se convertiría en reina de Quito. Los concursos de belleza no habían sido una meta en su vida. Solo unos días después de entrar al certamen, se inscribió en un curso de modelaje. Ayer, a pesar de su poca experiencia frente a las cámaras, respondió con aplomo a preguntas sobre la crisis política y la corrupción. Pidió a los políticos que actúen con honestidad, y dijo que la educación desde la familia es un arma para combatir la corrupción.
La joven suspenderá sus estudios de Comunicación Organizacional en la Universidad San Francisco de Quito, para dedicarse a la obra social en la Fundación Reina de Quito. De forma breve, expuso sus planes de fortalecer la campaña de educación vial que inició su antecesora, Karla Torres, de crear una campaña de educación sexual y un plan de alfabetización para los niños de la calle.