Durante el fin de semana el papa Benedicto XVI emitió un extraño decreto que recorta la autonomía de los monjes franciscanos, quienes son guardianes del cuerpo de San Francisco de Asís y reciben a millones de visitantes de todo el mundo en su sepulcro en la región central de Umbria.
El decreto emitido por el conservador Papa colocó a los monjes bajo el control de tres personas, el obispo local, un cardenal del Vaticano y el líder de la conferencia de obispos italianos.
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La medida representa el primer intento de Benedicto XVI de disciplinar a la orden religiosa y revocó otro decreto emitido por el papa Pablo VI en el año 1969, que les había otorgado una amplia autonomía a los monjes de Asís.
“Ahora los franciscanos tienen sus manos atadas y no pueden continuar siendo un puente entre la Iglesia y la sociedad”, manifestó Livia Turco, ex ministra de gobierno e integrante del principal partido de la coalición opositora, los Demócratas de Izquierda.
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Durante las últimas décadas Asís, uno de los más sagrados y visitados sitios cristianos, ha estado vinculado a partidos políticos de izquierda.
La marcha anual pacífica de la temporada de Pascuas, organizada por los monjes de Asís, es frecuentada por los líderes de izquierda y usualmente boicoteada por los políticos de centroderecha.
Los monjes han albergado a figuras controvertidas, como al ex ministro de Relaciones Exteriores iraquí, Tariq Aziz, líderes de partidos políticos comunistas italianos y al actor y ganador del Oscar, Roberto Benigni, conocido por su militancia de izquierda.