La solidaridad, tenacidad y  amor a Dios reflejado en los pobres le han permitido a monseñor Olindo Spagnolo, un italiano nacionalizado ecuatoriano de 79 años, cosechar la gratitud y  admiración de quienes han visto su obra misionera en el Guasmo y en otras partes del país.

Por eso, cuando la tarde del pasado sábado se conoció la noticia del quebranto de su salud las constantes llamadas telefónicas y las continuas visitas de  amigos, allegados y feligreses de la parroquia Stella Maris, en el Guasmo Sur, no se hicieron esperar.

Su acostumbrado rezo del rosario acompañado de una caminata por el patio de su casa, ubicada en el área comunal, fue interrumpido esa tarde cuando sufrió un desvanecimiento. Una hermana de la comunidad se percató, lo socorrió y de inmediato se lo trasladó a la clínica Kennedy.

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Había sufrido un pequeño infarto cerebral, manifestaron  los médicos al padre Gianni Spagnolo, hermano del monseñor y párroco  de la iglesia Stella Maris.

Spagnolo permaneció en terapia intensiva hasta el lunes al mediodía y luego fue trasladado a una habitación, donde recibió la visita de innumerables personas.

El arzobispo de Guayaquil, monseñor Antonio Arregui, acudió a la clínica y no pudo verlo porque se le realizaba un chequeo, pero aprovechó  para animar a los que esperaban  noticias de su recuperación, dijo el padre Carlos Mejía, rector del seminario latinoamericano María Stella Maris en Quito.

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Su brazo y pierna derecha perdieron mobilidad, por lo que recibe rehabilitación respiratoria y física, indicó.

Mejía, natural de Perú, señaló que tras conocer el estado delicado del monseñor muchas personas de distintas partes del país y del exterior acudieron a verlo.

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Luego de seis días, la tarde del viernes se conoció la buena noticia. Spagnolo fue dado de alta y regresó a su comunidad de Stella Maris.

En el 2000 se sometió a una intervención de corazón abierto y en octubre de este año viajó a Italia, donde en un chequeo médico le detectaron coágulos de sangre alrededor del corazón. Le recetaron un anticoagulante, agregó Gianni tras indicar que su hermano se encontraba en un tratamiento de seis meses porque debe regresar a Italia para operarse.

La salud de este misionero italiano se ha resquebrajado con el paso del tiempo, pero el reconocimiento a su obra y el cariño de los pobres se han acrecentado en estos 53 años de vida sacerdotal. (Fue ordenado padre  el 29 de marzo de 1952).

Misión en Stella Maris
Para el arzobispo Arregui, la obra más evidente de “este apóstol del Guasmo”, como lo llama, es la transformación en  este sector.

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Como prueba están la iglesia, el colegio y escuela, donde se educan cerca de 600 niños de escasos recursos. El comedor Juan Pablo II que proporciona cien raciones diarias a menores y ancianos pobres.

El dispensario médico San Daniel Comboni que brinda atención en medicina general, odontología, ecografía, rayos X, oftalmología a bajos precios e inclusive en algunos casos sin costo. El parque Juan Pablo II, ubicado frente al templo, en el que se destaca el monumento al Santo Padre en recuerdo de su visita.

Fundó 25 parroquias que agrupa lo que se llama Vicaría del Guasmo Sur, donde empujó en cada una de ellas obras sociales, de educación y salud, como la construcción del colegio Cotopaxi y el centro parroquial y vicarial, que es un auditorio con capacidad para 800 personas.

En 1993 fundó el seminario latinoamericano María Stella Maris que funciona en Quito y que primero estuvo  en una pequeña casita en el Guasmo.

Monseñor Spagnolo desde el primer momento, apoyado por los monseñores Bernardino Echeverría y  Juan Larrea Holguín, “ha hecho un trabajo magnífico de misión evangelizadora y una siembra de iniciativas de atención a las necesidades de salud y educación de la gente”, expresó Arregui.

“No solo fue párroco del Stella Maris, sino vicario del Guasmo al promover 25 parroquias. Es un benemérito apóstol y podría considerárselo especialmente apóstol del Guasmo”, enfatizó el Arzobispo.

Reacciones
“Ha hecho un trabajo magnífico de misión evangelizadora y una siembra de iniciativas. Es un benemérito apóstol y  podría considerárselo especialmente apóstol del Guasmo”.

Monseñor Antonio Arregui,
arzobispo de Guayaquil.

“Un hombre de coraje porque afrontó una batalla grande, pero al mismo tiempo un hombre de Dios al servir a los demás sobre todo a los marginados”.

Gianni Spagnolo,
párroco del Stella Maris.

“Es un gran ejemplo de entrega, siempre nos ha dicho que vivir como misioneros es vivir entregado a los pobres”.

Carlos Mejía,
rector de seminario en Quito.