Por primera vez en dos años las tres Dolores del caso Fybeca (Vélez, Briones y Guerra), como se conoce a las viudas de las dos víctimas inocentes que dejó ese operativo y a la esposa de uno de los presuntos desaparecidos, no estuvieron juntas en lo que ellas llaman “la lucha contra la impunidad”.
Es que Dolores Briones y Dolores Vélez, quienes encabezaron ayer una marcha para recordar los dos años del caso Fybeca, que hoy se cumplen, esta vez no contaron con el apoyo de Dolores Guerra, a quienes llaman su “compañera de lucha”.
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“El hecho de que no esté aquí no quiere decir que no nos esté apoyando. Si piensan que nos han hecho un daño por haber boicoteado esta marcha encarcelando a nuestra compañera de lucha, déjenme decirles a nuestros enemigos que ella va a salir más temprano que tarde”, dijo Briones.
Guerra, esposa del presunto desaparecido Johnny Gómez, está detenida desde el pasado miércoles por un percance de tránsito. Ayer, a las 13h30, a la misma hora en que fue convocada para la marcha, asistió a una audiencia de hábeas corpus ante el vicealcalde Luis Chiriboga Parra, a quien su abogado, Rafael Esteves, le solicitó su libertad por “arbitraria e inconstitucional”, ya que ayer cumplió 48 horas de detención sin fórmula de juicio.
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Esteves indicó que la respuesta del pedido fue negativa, ya que al Municipio llegó una orden de detención girada por la jueza Carmen Vásquez. Mientras tanto, Guerra continúa detenida.
El acto previo a la marcha empezó sin ella, a las 14h00, con una parodia teatral en la que se satirizó a la administración de justicia del país y se gritaron consignas en contra de jueces y funcionarios judiciales que observaban el evento desde las ventanas.
La acción contó con la presencia de miembros del Comité Permanente de los Derechos Humanos, familiares de fallecidos y desaparecidos en operativos policiales, y estudiantes de las facultades de Filosofía y Comunicación Social de la Universidad Católica.
Luego de la obra teatral, a las 16h00, se inició la marcha. Pero antes, los manifestantes pintaron las paredes y pisos de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil, así como la calzada de la Av. Nueve de Octubre, con una silueta que simulaba el cadáver de una persona y con las consignas: “Fuera corruptos”, “Fuera delincuentes” al referirse al personal judicial que se encontraba adentro.
El uso de pitos y música se confundían con los gritos: “Caso Fybeca, nunca más”, y “Ecuador, el país de la balanza perdida, donde la justicia más que perdida está corrompida”, durante el evento afuera del Palacio de Justicia.
La marcha luego se dirigió a la Fiscalía y de allí avanzaron hasta la prevención de la CTG, donde está detenida Dolores Guerra, para exigir su liberación, ya que, según dijeron los manifestantes, fue provocada para evitar que asistiera.
Los manifestantes fueron luego a la Policía Judicial del Guayas y después llegaron hasta las afueras de la farmacia Fybeca, de la Alborada, donde el 19 de noviembre del 2003 se realizó el operativo policial que terminó con la vida de ocho personas (dos de ellas eran el cliente Carlos Andrade y el mensajero Guime Córdova que no tenían antecedentes delictivos) y la desaparición de otras tres (Johnny Gómez, César Mata y Erwin Vivar).
Afuera de la farmacia, las dos Dolores (Briones y Vélez) se amanecieron en una vigilia.
“Que se preparen los policías, jueces y fiscales, porque aún no estamos derrotadas”, afirmaron.