Al casarse ayer con un plebeyo la princesa Sayako, única hija del Emperador japonés Akihito, perdió su título y privilegios imperiales.

La princesa Sayako, la única hija del emperador de  Japón, Akihito, se convirtió ayer en la señora Kuroda al casarse con su novio plebeyo, el urbanista Yoshiki Kuroda, en un gran hotel de Tokio, perdiendo su estatus de privilegio real en la monarquía más antigua del mundo.

Vestida con un largo vestido blanco de estilo occidental y un collar de perlas, Sayako, de 36 años, fue la protagonista de un matrimonio discreto con Kuroda, de 40 años. Fue también la primera boda de una Princesa Imperial en los últimos 45 años en Japón.

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El matrimonio con Kuroda obliga a Sayako a renunciar a su título, cambiando el lujo del Palacio Imperial por la sencillez de un departamento.

“Muchas cosas de mi nueva vida son imposibles de imaginar”, señaló Sayako, en sus primeras palabras como señora Kuroda en una declaración difundida tras la ceremonia, en la que indicó que el Emperador le comunicó que los lazos familiares permanecerán intactos al mismo tiempo que le recomendó que respetara a su esposo y su trabajo.

Me siento dichosa de que el emperador considere mi nueva vida una continuación, y no una ruptura completa con el pasado, dijo Sayako.

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Sayako y Kuroda, funcionario municipal, se conocieron de niños pero su romance comenzó hace dos años en una fiesta del príncipe Akishino, hermano menor de Sayako.

El matrimonio coincide con la polémica levantada por las reformas que el trono necesita para poder asegurar su continuidad.  Y es que la familia imperial nipona no cuenta con ningún heredero varón, tal y como impone la tradición, desde hace 40 años, ya que Naruhito (hermano mayor de Sayako) y su esposa Masako  tienen una niña, la princesa Aiko, nacida en el 2001.

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Masako, a sus 41 años y con una brillante licenciatura en Economía de la universidad de Harvard, acaba de superar 20 meses de depresión debido a la presión por no haber dado aún un heredero varón a la monarquía nipona.
   
Ritos y nueva vida

RITUAL
En lugar de intercambiar anillos de boda, los novios dieron sorbos a copas de sake, bebida alcóholica hecha de arroz.

VIDA DOMÉSTICA
En preparación a su cambio de estatus, Sayako tuvo que aprender a conducir y a realizar compras en los supermercados.

PLEBEYA PERO CON DOTE
Desde hoy, Sayako será una  ciudadana normal, pero con los 1,3 millones de dólares que el gobierno japonés le ha concedido como dote.

 

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