Igual que Diego Maradona con Argentina (1993) y Zinedine Zidane ahora con Francia, Pavel Nedved volvió a jugar en su selección frente a la amenaza de que República Checa quedara fuera del Mundial 2006 y resultó decisivo en el triunfo (1-0) ante Noruega en Oslo, por el repechaje.
  
Ahora el mediocampista de la Juventus de Turín quiere completar su objetivo en Praga, el miércoles, para repetir las historias de Maradona y Zidane, quienes dejaron de lado sus decisiones de abandonar el ámbito internacional para echarle una mano a sus selecciones cuando estaban en problemas.
  
Potencias como Argentina y Francia necesitaron de sus máximos referentes para llevar a buen puerto a sus equipos frente a una situación crítica. República Checa siguió sus pasos.
  
Por su magia, aspecto motivador y experiencia en momentos difíciles, sus técnicos debieron convencer a Maradona y Zidane para que cargaran con la presión y guiaran a sus equipos a sellar el pasaporte al Mundial.
  
En 1993, la Argentina de Alfio Basile sumaba un invicto de 33 partidos y dos Copas América incluidas durante ese proceso, pero un fuerte cachetazo de Colombia en las eliminatorias (0-5) la mandó al repechaje y llenó de temor a los hinchas albicelestes.
  
El nerviosismo parecía paralizar a una formación plagada de estrellas (Batistuta, Balbo, Redondo) y se apeló a Diego Maradona, quien no jugaba con la albiceleste luego de un control positivo en Italia (1991), para enfrentar a Australia en la repesca.
  
Un empate en Sydney (1-1) y un ajustado triunfo (1-0) en Buenos Aires dejó una vez más al "Pelusa" como el gran salvador.
  
Por motivos diferentes, Zinedine Zidane dio un paso al costado en los "Bleus" luego de la eliminación de la Eurocopa 2004, donde Francia era candidata. El nuevo ciclo con Raymond Domenech, incluso con figuras del calibre de Henry, Vieira o Trezeguet, iba barranca abajo en las clasificaciones mundialistas.
  
Fue allí cuando el mediocampista del Real Madrid revirtió su decisión, se colocó la casaca azul, cargó con la presión y la luz volvió con la victoria en Dublín ante Irlanda (1-0). Poco después terminó metiendo a Francia en Alemania 2006.
 
El técnico checo Karel Brückner parece haber tomado nota de ello, insistió varias veces para que Nedved, quien renunció a su selección tras la eliminación en semifinales de la Eurocopa de Portugal, diera marcha atrás.
  
El volante de 33 años se negó reiteradas veces, aduciendo el cansancio que provoca jugar el competitivo torneo italiano y la Liga de Campeones. Pero cuando República Checa, que lideraba su grupo y fue superada por Holanda sobre el final, terminó segunda y fue a parar al repechaje, la figura de Nedved entró  en escena.

Ahora el Balón de Oro 2003 está a un pasito de imitar a Maradona y Zidane. El miércoles tiene el examen final. La ventaja ya la sacó en Oslo, con una actuación soberbia. Y está a punto de colocar en Alemania 2006 a una potencia que quiere disputar el primer mundial de su corta pero brillante historia  futbolística.

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