La obra de Alfredo Pareja Diezcanseco deja ver en  sus líneas una reconstrucción del  escenario urbano de Guayaquil y del rural de la Sierra en una época de violenta transición. La mejor muestra de eso es ‘Baldomera’, en la que refleja la matanza del 15 de noviembre de 1922. Ese análisis consta en el último tomo del proyecto de rescate editorial emprendido por la Municipalidad de Guayaquil.

El proyecto de rescate editorial emprendido por la Municipalidad de Guayaquil, bajo la dirección de Javier Vásconez y Melvin Hoyos, llega a su cuarto volumen:  Las obras selectas de Alfredo Pareja Diezcanseco.

Allí se recogen las cinco novelas más destacadas de Pareja y un ensayo poco conocido sobre el escritor alemán Thomas Mann.

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Las obras incluidas son: El muelle   (1933),  Baldomera  (1938),  Las tres ratas  (1944),  Las pequeñas estaturas  (1970) y  La Manticora  (1974). En la última, Pareja Diezcanseco rompe con la fidelidad a la novela, para plantearse la historia bajo una propuesta dramática; el teatro confundiéndose con la novela, para evocar una figura legendaria del siglo XII, la “devoradora de hombres”.  La Manticora,  en la que Pareja se manifiesta con libertad frente a los géneros literarios, una libertad que será el signo de una literatura contemporánea, será el último texto de ficción de este autor.

El volumen está precedido de un perfil trazado por Francisco Febres Cordero, quien hiciera en un momento una biografía de Pareja a partir de su propio testimonio. Y en cuanto al ensayo sobre Mann, lleva una introducción de Fernando Tinajero.

El proyecto de la Municipalidad, bajo la concepción de quien, a su vez, es uno de los novelistas fundamentales de la narrativa contemporánea ecuatoriana –a pesar de un desprevenido crítico, Humberto Robles, que intenta ignorarlo- Javier Vásconez, y del director de los programas culturales del Municipio, Melvin Hoyos, no es solo una colección de autores que nacieron o vivieron en Guayaquil, sino el serio intento por crear un cuerpo literario que colabore con la identificación de una creación excepcional surgida en un espacio determinado, una ciudad empeñada en reconocerse e identificarse en sus manifestaciones culturales.

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A la obra de Pareja Diezcanseco le antecedieron los trabajos de Medardo Ángel Silva, José de la Cuadra y Demetrio Aguilera Malta.

Febres Cordero recuerda a Pareja Diezcanseco como a aquel personaje que parecía más alto de lo que en verdad era, quizás porque siempre fue delgado y atlético que “nunca claudicó en prestar su apoyo  a las causas justas  y combatir el autoritarismo del que, de tiempo en tiempo, se imbuyen los mandamases criollos”.

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Pareja es un escritor que conjugó la narración con la historia y con la política, presintiendo  las tres manifestaciones bajo una misma conciencia. Una confluencia de ficción e historia –que en Ecuador se ha manifestado como otra forma de expresión de la ficción-; y que le lleva a Cecilia Ansaldo, que prologa este volumen, a subrayar “el ingrediente histórico” en una novelística que crea “nexos evidentes con el trasfondo reconocible del Ecuador, ya sea de manera explícita o con elaboraciones metafóricas de significados indirectos”. La migración de campesinos expulsados a Guayaquil por el desmoronamiento del cacao en El muelle o la masacre del 15 de noviembre de 1922 en  Baldomera.

Y agrega Cecilia Ansaldo: “El mayor esfuerzo de proximidad entre literatura e historia, Pareja lo lleva a cabo en su madurez cuando cristaliza a manera balzasiana, según Karl Heise, ‘Los nuevos años’, programa narrativo de cinco novelas” del que hace parte  Las pequeñas estaturas,  incluido en la publicación del Municipio de Guayaquil.

A pesar de las periódicas ausencias de Guayaquil, Alfredo Pareja Diezcanseco reconstruye en gran parte de su obra novelística ese escenario urbano en violenta transición, cuyo crecimiento refleja, en buena medida, las sucesivas crisis que vive la población rural de la Sierra y de las regiones vecinas al puerto.

A diferencia, tal vez, de los escritores de su generación y que integraron ese conjunto extraordinario de cuentistas y novelistas surgidos en Guayaquil –De la Cuadra, Gil Gilbert, Gallegos Lara–, Pareja se propone una novelística que confíe menos en los arquetipos humanos, los avatares políticos o las pinturas de imaginarios míticos, para ahondar en personajes y tramas complejas, particularmente ricas.

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Además está una muestra de la ensayística de este autor, que refleja a quien “no solo supo explorar la realidad que le rodeaba para expresarla en sus novelas, sino también mantenerse siempre atento al acontecer cultural y político del mundo, sin dejarse limitar por afinidades, temores ni prejuicios”, afirma Fernando Tinajero.

Este cuarto volumen del Proyecto de Rescate Editorial se cierra con una cronología en la que Cristóbal Zapata enlaza la vida de Alfredo Pareja con momentos históricos que van a marcar al país y al mundo; y una extensa bibliografía sobre el escritor preparada por Carlos Calderón Chico.