El presidente estadounidense George W. Bush inició  este sábado una rápida visita a Brasil para revisar con su homólogo Luiz Inacio  Lula da Silva un temario en el que grandes temas son la situación en América  Latina, la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la reforma de la ONU.

El Air Force 1 que lo trajo desde Argentina con su esposa Laura se posó a  las 20H40 en la base militar de Brasilia desde donde partirá el domingo a la  tarde rumbo a Panamá.

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Brasilia fue blindada para recibir al presidente estadounidense, con más de  mil operativos policiales y de las Fuerzas Armadas, en la que Brasil denominó  "Operación América" destinada a garantizar la seguridad del presidente.

Bush está acompañado por su esposa Laura y una delegación que incluye a la  secretaria de Estado, Condoleezza Rice. El mandatario no tiene actividades  anunciadas para la noche del sábado.

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A primera hora del domingo recibirá a jóvenes brasileños y luego se dirigirá  a la Granja do Torto, residencia oficial de Lula en donde permanecerá unas tres  horas durante las cuales se reunirá y almorzará con su anfitrión.

Ambos presidentes participarán también en una reunión entre delegaciones de  los dos gobiernos y finalmente divulgarán una declaración.

Lula, ex sindicalista de izquierda de 60 años, y Bush, conservador aliado  del sector privado de 59, se reunieron en dos ocasiones en la Casa Blanca, en  diciembre de 2002 y junio de 2003.

En esta visita, Brasil aprovechará para exponer temas de su interés, como  su aspiración a un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, y  EEUU para conocer el parecer brasileño sobre la situación en Sudamérica.

Estados Unidos es el destino de casi un quinto de las exportaciones  brasileñas (31.000 millones de dólares en 2004). Brasil es el mayor receptor de  inversión estadounidense en Sudamérica, que suma un histórico de 34.000  millones de dólares.

A parte de la oposición brasileña a la intervención en Irak, los temas  comerciales son los que más han agitado la pauta bilateral.

Brasil y Estados Unidos no se entendieron en la negociación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que ambos presiden. Un tema que puede  entrar en pauta entre Lula y Bush es la posibilidad de un acuerdo  Mercosur-EE.UU., al que los estadounidenses son reticentes, indicó la cancillería  brasileña.

Un diferendo comercial está plenamente en activo, ya que Brasil tramita  imponer sanciones por 1.000 millones de dólares a Estados Unidos por no  eliminar sus subsidios al algodón. Estados Unidos debe decidir por su parte si  renueva el sistema de preferencias comerciales para Brasil.

El sector privado brasileño espera que la relación bilateral sea impulsada  tras la cumbre Lula-Bush.

"En los últimos dos años el gobierno brasileño disminuyó las relaciones con  Europa y Estados Unidos" y decidió "dar mucho más énfasis a las relaciones Sur  Sur" con países en desarrollo, dijo a la AFP el ex embajador brasileño en  Washington (1999-2004) Rubens Barbosa, que preside el Consejo de Comercio  Exterior de la Federación de Industrias de Sao Paulo (Fiesp).

"Los sectores productivos esperan que las relaciones mejoren y vuelvan a  tener la prioridad que tuvieron", declaró.

Bush llegó a Sudamérica con la popularidad reducida debido a escándalos y a  un difícil momento en su política interna, situación que también padece Lula,  que cayó sensiblemente en las encuestas y cuyo Partido de los Trabajadores (PT) está siendo investigado por denuncias de financiamiento ilegal.