El cabildo local dispuso que en la represa Poza Honda se clausure la instalación de dos centrales hidroeléctricas, que generarán 9 megavatios de energía.

La colocación de las centrales empezó después  de  adjudicarse el contrato entre la Corporación Reguladora del Manejo Hídrico de Manabí (CRM) y la empresa La Fabril.

El alcalde de Santa Ana, Fernando Cedeño, criticó el hecho de que los trabajos se los haya iniciado sin autorización del cabildo que preside, pese a que las centrales que se construyen están dentro de su jurisdicción.

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“Eso es solo un ejemplo de la falta de beneficios para la CRM en este contrato”, precisó el alcalde.

El presidente de  CRM, Jaime Robles, dijo que hay una serie de cláusulas dentro del contrato que perjudicará a la institución pública que  dirige.

Cuando se estableció la licitación en el 2002, el fin era ahorrar al Estado $ 1’500.000 al año, monto que se necesita para mantener y poner en operación las dos presas.

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Tras el proceso, ambas entidades formaron la compañía Manageneración, para que se encargue de producir energía eléctrica, aprovechada del caudal de las dos presas que hay en Manabí.

A cambio, el Estado se iba a ahorrar el costo del mantenimiento y la operación de los sistemas. Una de las cláusulas más cuestionadas es  que La Fabril podrá penalizar a la CRM cuando no haya suficiente agua en los trasvases para generar energía.

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Robles dijo que las rebajas del 20% por la compra de energía que la CRM utiliza debe ser por 50 años y no de 20, como establece el contrato.

El propietario de La Fabril, Carlos González Artigas, aseguró que no hay nada que negociar ya que el contrato está firmado.

Así lo dijo después de que los directivos del  CRM iniciaron un proceso de renegociación de cinco de las cláusulas del contrato.

“Creo que la posición de  González no es la justa para la provincia. Hay cosas que deben  revisarse”, dijo Robles.

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