Una  de las concesiones  que ha hecho  el  Pájaro para el montaje de la   obra   es abandonar el cigarrillo, su    fiel  acompañante. No fuma hace cuatro meses. La  decisión lo ayuda   a preservar la  voz, uno de los pilares en Novecento.  Indica   que la sensación de saber que al siguiente día tiene función lo detiene.