Científicos australianos han hallado más restos de seres diminutos en una isla indonesia, que se suman a los descubiertos hace un año y que los expertos consideran pertenecen a una nueva especie humana: homínido prehistórico diminuto.

Según publica esta semana la revista británica Nature (www.nature.com), los investigadores han encontrado en la isla de Flores una mandíbula y varios huesos de dedos y de extremidades, así como el brazo derecho del ejemplar original, una mujer que habría vivido hace 18.000 años. Los huesos se encuentran en una cueva húmeda en la isla de Flores, en el extremo oriental del archipiélago de Indonesia, cerca de Australia.

Los investigadores que realizaron el primer hallazgo hace un año están convencidos que los esqueletos pertenecen a una especie de humano primitivo que convivió en la Tierra con el ser humano moderno hasta una fecha mucho más reciente de lo que se pensaba.

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Parte del sistema óseo, que incluía el cráneo, sorprendió al mundo al sugerir la existencia de una especie nueva de ser humano, caracterizada por su pequeño tamaño de menos de un metro de altura.

Más que fábulas y ciencia ficción
La pequeñez de esos seres motivó su nombre, "hobbits", en alusión a los personajes creados por J.R.R. Tolkein en la trilogía El señor de los anillos. Tras el descubrimiento de esa primera hembra, hubo científicos que pensaron que no se trataba de una nueva especie humana, sino que podría tratarse simplemente de un pigmeo o un ser humano afectado de microcefalia, cuyos síntomas son un cerebro inusualmente pequeño y a menudo enanismo.

Pero una minoría ruidosa de la comunidad científica sostiene que los especímenes son huesos de humanos modernos que padecían microencefalia, un trastorno genético que redunda en un cerebro y cráneo pequeños. El último descubrimiento, que aparecerá el jueves en Nature, no les convence, y un crítico dijo que los artefactos descubiertos eran bastante pobres.

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No obstante, el hallazgo de más restos refuerza la hipótesis de que los seres que habitaron Flores hace menos de 20.000 años pertenecían a una especie hasta ahora desconocida de ser humano, con unos rasgos comunes que difícilmente pueden atribuirse a una enfermedad.

"No parece que el crecimiento anormal sea una explicación plausible, ya que el enanismo relacionado con el desarrollo hormonal y la microcefalia que se desarrolla en humanos va acompañada de unos miembros y pelvis de proporciones normales", apunta Morwood en la revista.

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Dos grupos han presentado sus propios estudios a otras publicaciones científicas importantes para refutar el trabajo en Flores.

La polémica resultante difiere de todas las demás en la contenciosa disciplina que estudia los orígenes del ser humano. Los que aún no se han definido dicen que la controversia pone a prueba todo lo que sabe acerca de la evolución humana.