Dos firmas han iniciado juicio al pintor colombiano Fernando Botero, al que acusan de tratar de impedirles vender reproducciones, láminas y litografías de una colección de obras que donó a un museo de Medellín.
Art Brokers USA Inc. y Publicidad Externa Limitada, también llamada Publix, entablaron juicio a Botero en la corte estatal del distrito de Broward el lunes, bajo cargos de interferencia dolosa y prácticas comerciales improcedentes. Publix no está relacionada con la cadena de tiendas de Florida.
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La acusación alega que Botero mintió al decir a medios de prensa y a personalidades de la comunidad artística de Miami que los productos fabricados por Publix y Art Brokers eran ilegítimos y no autorizados.
En 1999, Botero donó algunas obras al Museo de Antioquia en Medellín, el cual vendió a Publix los derechos para comercializar y vender productos o servicios relacionados con las obras, dice la acusación.
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Publix utilizó a Art Brokers para ayudar a comercializar los productos relacionados con Botero y las dos firmas invirtieron sumas importantes de dinero en un análisis de mercado, desarrollo de productos, comercialización a través de la internet y creación de materiales promocionales, prosigue.
Botero tenía pleno conocimiento de que Publix había adquirido los derechos, aprobó el trabajo de las dos firmas y recibió al dueño de Publix en su casa en Nueva York, sostienen los acusadores.
Botero decidió aprovechar dolosamente el análisis de mercado y el desarrollo de productos... para su propio lucro personal y en beneficio de otras personas con las que estaba asociado, añade.
El hijo del pintor, Juan Carlos Botero, dijo este martes que las acusaciones eran falsas. Dijo que su padre estaba de viaje y no podía hacer declaraciones.
Hicieron reproducciones que no estaban autorizadas, dijo Juan Carlos Botero desde su casa cerca de Miami.
La donación incluyó 20 obras impresionistas de la colección personal de Botero y más de 100 pinturas y esculturas del propio artista, sostuvo el hijo.
Las intenciones de mi padre era que se produjeran algunos artículos pequeños para que las vendiera el Museo de Antioquia al final de la visita, como hacen muchos museos, añadió.