Lo más difícil ha sido lograr que los chicos se identificaran con el pasillo, dice Sandra Pareja, del grupo La Mueca, pero piensa que se ha cumplido el objetivo. Era necesario, anota, porque el pasillo está muy presente en la obra teatral que esta noche estrenan: Los Sangurimas, versión libre de la novela corta del escritor guayaquileño José de la Cuadra.