La aspirante a soberana de la ciudad es maquilladora y también estudia relaciones públicas.
Mónica Toledo de Avilés recuerda que a su hija Mónica Graciela siempre le atrajeron el cuidado de su imagen y las actividades sociales. Cuenta que a los 5 años ya se maquillaba sola, quizá porque se sentía desde esa edad identificada con la profesión de su progenitora, quien es cosmeatra y cosmetóloga.
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Al final de su etapa colegial, que finalizó en el Ágora como bachiller de Filosófico Sociales, a Mónica hija, una de las 17 candidatas para Reina de Guayaquil, se le ocurrió estudiar maquillaje social y asesoría de imagen durante dos años en la Universidad de Palermo en Buenos Aires (Argentina).
Lo de las actividades sociales también surgió desde que tenía 10 años cuando ingresó al grupo Danzas Jazz, de José Miguel Salem, hasta agosto pasado en que inició su participación como aspirante a reina de la ciudad.
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De padre empresario (Pedro Avilés), hincha de Barcelona y nacida el 23 de octubre de 1984, a Mónica le atrajo el certamen porque es su oportunidad de realizar labor social para la ciudad en la que pretende impulsar el civismo y el turismo.
No obstante, Mónica es una muchacha sencilla, que prefiere la playa (Manglaralto, Guayas) para descansar, que escucha las melodías de Luis Miguel, su cantante favorito, y que le gusta leer los libros de Paulo Coelho.
Para Nicole, su hermana de 10 años, Mónica es una joven extrovertida, amiguera, detallista, consentidora y aventurera porque viaja mucho, mientras que su madre dice que es persistente, que no se da por vencida fácilmente. Su otro hermano es Pedro Jr. (18 años).
De religión cristiana, Mónica estudia Relaciones Públicas en el Blue Hill College, también es maestra de belleza en la Junta de Defensa del Artesano del Guayas y es organizadora de eventos. Para ella, León Febres-Cordero, ex presidente del país y ex alcalde de la ciudad, es su personaje guayaquileño porque él empezó con las obras de la urbe que ahora continúa el alcalde Jaime Nebot. (RVA))