El bloque paramilitar Centauros, uno de los más activos de Colombia, se desmoviliza este sábado en medio de las críticas de Amnistía Internacional al proceso de desarme y paz con estos grupos.
  
Junto a este frente se desmovilizó Vicente Castaño, uno de los fundadores de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Cerca de 1.200 hombres entregaron sus armas con las que operaban ilegalmente en los llanos del Casanare, parte de Boyacá y un sector de Cundinamarca, en el centro y este del país.
    
Esperamos que en el futuro sea el pueblo, mediante una consulta popular, el que decida que es lo que nos merecemos, dijo Castaño a los combatientes en alusión a la incursión política de las AUC.
  
Según las autoridades, Castaño es responsable del asesinato de dos congresistas, el atentado contra un representante a la Cámara y, de vender bloques de paramilitares a varios narcotraficantes en asociación con Diego Murillo, alias don Berna, desmovilizado y preso en una finca-cárcel en la zona de ubicación donde permanecen protegidos por la fuerza publica varios comandantes ilegales.
  
Esta vez la entrega de armas se realizó en el caserío Tilodirán, a unos 210 kilómetros al noreste de Bogotá.
  
Las autoridades del registro de identificación entregaron en los anteriores siete días la cédula de identificación a la mayoría de los desmovilizados, pues algunos están inmersos en investigaciones por delitos graves.
  
También les fue entregado un subsidio de ayuda humanitaria y de apoyo para el retorno a sus hogares y bolsas con ropas e implementos de aseo.
  
Castaño en un discurso antes de entregar las armas insistió en solicitar al gobierno más garantías jurídicas para los integrantes de la organización, pues considera que aún hay fallas.
  
Las armas, como en anteriores oportunidades fueron entregadas al comisionado de paz, con la verificación del delegado de la OEA Sergio Caramanga.
  
Castaño, beneficiado por un acuerdo de suspensión de extradición para los negociadores del proceso de paz, también es solicitado por un fiscal de Nueva York, que lo acusa de la importación de miles de kilogramos de cocaína los Estados Unidos.
  
Este hombre, hermano mayor del llamado   Clan Castaño, fundador de los grupos de autodefensa, permaneció a la sombra de la organización durante más de 20 años.
  
Hasta hace solo un par de meses su identidad fue conocida por tratarse de unos de los negociadores de las AUC, quienes debían identificarse ante la opinión pública.
  
Amnistía Internacional denunció a principio de esta semana que los grupos paramilitares de Medellín que se habían desmovilizado seguían operando bajo la fachada de firmas de vigilancia privada o como informantes del ejército.
  
En esta zona de los llanos orientales aún queda operando el grupo paramilitar disidente de Martín Llanos, un comandante que las autoridades persiguen en el inmenso territorio de esta parte del país.