Hace poco se publicó un artículo de la Píldora del día siguiente (PDS) y el problema lleva ya algunos meses sin que   se denuncie abiertamente cuál es la situación verdadera.

Se preguntarán por qué siendo médico me opongo a lo que “supuestamente es un medicamento”  llamado Píldora del día siguiente (en el mercado con nombres comerciales como Postinor-2 o Glanique):         la primera y esencial razón es que atenta contra la vida de un  inocente, del ser humano no nacido pero ya concebido (o sea, ya es persona).
La píldora es un abortivo o antiimplantatorio como lo describe el mismo producto. El mecanismo antiimplantatorio lo afirman los mismos fabricantes (www.grunenthal.com); la segunda, es porque es anticonstitucional, va en contra de lo que nuestra Constitución ecuatoriana profesa: “Defender la vida de todo ser humano desde el momento de la concepción (unión de óvulo y espermatozoide)” art. 49; y no se está dando toda la información adecuada sobre este producto, según el artículo 23, Nº 7 de la Constitución Política del Ecuador, todo ecuatoriano tiene “el derecho a disponer de bienes y servicios, públicos y privados, de óptima calidad; a elegirlos con libertad, así como a recibir la información adecuada y veraz sobre su contenido y características”.

El artículo 23, numeral 7, de la Constitución del Ecuador nos habla que todo ecuatoriano tiene que saber lo que está consumiendo: “El derecho a disponer de bienes y servicios, públicos y privados, de óptima calidad; a elegirlos con libertad, así como a recibir información adecuada y veraz sobre su contenido y características”. Esto guarda relación con los artículos 4 –numerales 2 y 3– de la Ley de Defensa del Consumidor.

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Eso no está ocurriendo en el caso de la pastilla del día siguiente (llamada también de contracepción de emergencia), pues en nuestro país se expende Glanique (que contiene levonogestrel 0,75 mg), y no se les habla de los peligros de este fármaco. Por su fuerte componente de hormonas, entre otros efectos, puede causar náuseas y vómitos fuertes, sangrado abundante, embarazos ectópicos (fuera del útero), vértigos, dolor de cabeza fuertes. Los experimentos científicos en el ámbito mundial no han determinado categóricamente que el levonogestrel sea inocuo para la madre y para el embrión, pues solo se ha experimentado en ratas, monas y seis mujeres. No debe tomarse porque puede atentar contra la vida del niño por nacer y la salud de las mujeres que la toman.

Entonces, si todo esto se ha publicado, ¿por qué se sigue vendiendo y ocultando información sobre la verdad de la píldora?

Dra. Verónica Mariela Ortega Espinoza
Machala