Aunque quería ser timbalero como Tito Puente, Eddie Palmieri, que celebra 50 años de carrera, acabó dedicándose al piano como su hermano Charlie e integrando una brillante generación de hispanos nacidos en  Nueva York que transformaron en salsa la música de sus mayores.

El músico celebra la ocasión con un nuevo disco, Listen Here!, en el que  reúne a varios grandes del jazz estadounidense contemporáneo, como John Scofield, Regina Carter o Christian McBride.

“Me retiraré en los próximos 50 años”, anota Palmieri, de 69, quien posee siete premios Grammy y más de 30 discos y conserva su gusto por los cigarros cubanos o puertorriqueños.

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Nacido el 15 de diciembre de 1936 en Nueva York, sus padres emigraron 10 años antes desde Ponce (Puerto Rico) y se instalaron en el Harlem latino, el barrio donde  creció.

En la familia Palmieri abundaba el talento musical y Eddie compaginó  durante una época la percusión y el piano. “Toqué timbales con un conjunto de mi tío, El chino y su alma tropical.  Tenía otro tío que tocaba las congas y estuve un par de años con él. Después  volví al piano”.

Su crecimiento profesional se dio bajo la influencia de su hermano Carlos  Manuel Charlie Palmieri, nueve años mayor. “La inspiración natural fue mi hermano Charlie. Me llevaba por ahí y me recomendaba. Era un tremendo pianista y músico”.

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Gracias a las recomendaciones de Charlie hizo su debut profesional en enero de 1955 en la banda de Johnny Sequis en una velada en el Cabo Rojeño y, del mismo modo, entraría más tarde a tocar en las orquestas de Vicentico Valdés  y Tito Rodríguez.

La música latina era entonces “muy distinta. La radio era el canal. Siempre ponían los discos de las orquestas. Eso era una tremenda ayuda, así  aprendíamos la juventud”.

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En salas de baile de la ciudad, como el Palladium, y al amparo de esos grandes nombres –Valdés, Rodríguez, Machito o Celia Cruz– se fogueó una  generación de músicos, hijos todos de inmigrantes hispanos nacidos en EE.UU.

Los hermanos Palmieri, Ray Barreto o Willie Colón, entre otros, acabaron  popularizando la música latina en todo el mundo con el nombre de salsa gracias a su talento y a la buena operación comercial del sello  discográfico Fania.

Uno de los rasgos que los distinguió era su sed de nuevas influencias, y en  el caso de Palmieri eso significa hablar de jazz. Palmieri reveló que fue a principios de los 60 que empezó a escuchar jazz. El trombonista Barry Rogers fue de gran ayuda, pues le recomendaba discos de Miles Davis o Thelonius  Monk.

“El Palladium estaba a una cuadra del Birdland, que era la casa del jazz en Nueva York. El encuentro de los músicos latinos y el de jazz era constante”, expresó el artista, cuya  historia de amor con el jazz se ha alargado hasta la fecha.

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“Las combinaciones que se hacen ahora entre diferentes músicas son muy interesantes. No me ha llegado la oportunidad de sentarme con alguien de otro género y presentar algo en serio. Ahora estoy con el latin jazz”, acotó.