Se exhibe en el Museo Municipal (Sucre entre Chile y Pedro Carbo). Estará abierto hasta el próximo 23 de agosto, de martes a sábado, de 09h00 a 17h30. Se muestran 18 obras. La entrada es gratuita.
Que es un Salón muy bien montado. Que debió ser más riguroso o, por el contrario, que fue excluyente y que hubo una miopía para ver la creatividad en las obras presentadas. Que uno de los trabajos premiados es ofensivo a la mujer. Que en el certamen se nota un positivo cambio generacional.
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Son disímiles las opiniones que se tejen en torno al Salón de Julio Fundación de Guayaquil. En este espacio se recogen varias de ellas. Gente vinculada al arte y el público comentan el certamen, que otorgó el primer premio a la obra Cómo se encienden los discursos populares, según Homs, de la autoría de Ilich Castillo, y el segundo y tercero a Prácticas degeneradas (de la escuela colonial de Guayaquil), de Óscar Santillán; y Labores domésticas, de Saidel Brito, respectivamente.
El jurado de admisión y premiación lo integraron el mexicano Jaime Moreno, la colombiana Natalia Gutiérrez y el ecuatoriano Cristóbal Zapata. El curador y crítico de arte Rodolfo Kronfle, de Ecuador, fue el presidente del Salón.
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De los 210 trabajos presentados a concurso, se admitieron 18 obras, pertenecientes a 17 pintores. Y de entre ellas se escogió a las ganadoras. Las menciones honoríficas fueron para Fernando Falconí, Juan Pablo Toral, Karen Nogales y Karina Nogales.
“El balance es un muy buen Salón (muy distinto esto de la noción de feria aplicada al reciente Mariano Aguilera), donde ninguna pieza puede ser vista por sobre el hombro, donde todas dejan algo en el terreno de la experiencia y que refleja –a mi juicio– lo que debe ser una selección: lo mejor de lo recibido, sin concesiones”, escribió Kronfle.
El certamen se inauguró el 25 de julio en el Museo Municipal (Sucre entre Chile y Pedro Carbo). Estará abierto hasta el 23 de agosto.
GENTE DE ARTE
“La selección debió ser más rigurosa. Debieron haberse admitido solo tres obras. Por lo demás el Salón está bien montado. Las obras deben tener a su lado el sustento teórico que remitieron los autores, porque los jóvenes pasantes de Bellas Artes (guías) han sido instruidos de tal manera que más que esclarecer confunden. Se ve muy bonito el Salón. No quiero opinar de los premios, porque no creo en premios”.
Juan Castro y Velázquez,
historiador de arte
“Qué casualidad que entre más de 200 trabajos llegados al Salón solamente valgan los del ITAE. Se me hace imposible creerlo. Me da furia que solo se tuviera ojos para los alumnos de este instituto y para los demás se los cerrara. No se quiso ver la creatividad en las otras 200 obras. Sugiero que las piezas rechazadas se pongan en otro salón para que el público opine. Eso es lo mejor que se puede hacer”.
Yela Loffredo de Klein,
escultora
“El Salón de Julio nos muestra una buena colección de obras. Varias de estas recogen, con un alto nivel de pertinencia, el clima cultural que vive el país, como nuestra ciudad, con referencia a la responsabilidad institucional en el campo de las artes visuales. Es la edición que marca un cambio histórico en el campo. Soy muy optimista en lograr una visibilidad regional bajo el criterio profesional y actual de quienes gestaron el evento”.
David Pérez McCollum,
galerista
“Es fastidioso que se critique a un género y a una mujer a través de la pintura. Si hubiera sido un hombre el que estuviera dirigiendo el MAAC no le habrían puesto a una obra Labores domésticas. En ese sentido lo considero una agresión a la mujer. Me parece que estamos politizando tanto las cosas que lo que primó fue la intención política. Me parece una barbaridad y más si viene de un hombre joven. Lo esperaría de un machista, pero yo de él tenía otro criterio”.
Mariella García Caputti,
directora regional de Cultura del Banco Central
“Es un proceso de recambio generacional y habrá gente que le guste y gente en desacuerdo. A mí me encanta. Estoy de acuerdo con lo riguroso de la selección del Salón y sin querer darle una connotación geográfica y regional, me alegra mucho por mis panas de Guayaquil. Aunque no lo comparto, estoy de acuerdo con la seriedad con que ellos enfocan el tema del arte contemporáneo”.
Jimmy Mendoza,
ganador del Salón de Julio 1996
EL PÚBLICO ASISTENTE
“El arte está decayendo en estos momentos. Los salones solo destacan obras de arte conceptual, creo que este concurso debe tener algo más llamativo que también asocie la atracción visual. En lo que se refiere al primer premio adolece de un gusto o interés pictórico, aunque lo que prevalece realmente es el mensaje”.
Fernando Bravo,
estudiante de secundaria
“Están muy interesantes las propuestas de los artistas plásticos que han sido admitidos en el Salón de Julio de este año, por esa razón lo puedo catalogar de bueno. Algunas obras son agradables a la vista, mientras que otras no, pero en fin, hay que respetar la decisión que tomó el jurado en su selección y premiación, porque el significado de la obra es lo que prevalece”.
Verónica Alcívar,
estudiante universitaria
“Veo cosas poco usuales de lo que normalmente hay en un salón, que pueden gustar o no al público; entre ellas está una escultura dentro de un certamen pictórico. La originalidad está en obras como la del primer lugar, en la que se usa la técnica de los años viejos o en la del tercer puesto, que utiliza el pastillaje”.
Pedro Perrone,
guía turístico
“La mayoría de los salones de Julio se inclinan más por el arte conceptual y eso se evidencia ahora. De lo que adolecen casi todas las obras admitidas es de gustar a la vista. Me doy cuenta de que en todos los trabajos hay una protesta de manifiesto. En un salón debe conjugarse el esfuerzo de la mente y la mano del artista”.
Andrea Medina de Merino,
estudiante universitaria
“Me produjo admiración ver el cuadro ganador, porque no ofrece estéticamente mucho, pero al tenerlo cerca te das cuenta de la riqueza que tiene su significado. Precisamente, eso es lo que busca en general el Salón de Julio. Ahora lo que está vigente no es la belleza de una obra sino lo que pueda expresar con su concepto, aunque en el caso del primer lugar o del tercero, el mensaje necesariamente vincule a la técnica usada por el artista”.
Víctor Cantos,
estudiante de secundaria