Un equipo médico de la Charité de Berlín separó a dos hermanos siameses, recién nacidos y unidos por el ombligo, de los cuales uno sobrevivió, informaron ayer fuentes de ese hospital.
Ambos hermanos nacieron prematuramente, con dos meses de antelación y por cesárea, con un peso de apenas 950 y 1.050 gramos.
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Por eso, los galenos informaron a los padres que solo se salvaría a un bebé, justamente el de menor peso.
El otro tenía graves problemas cardiacos, por lo que no se contaba con poder salvar su vida.
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Las posibilidades de recuperación del superviviente son parecidas a las de cualquier otro prematuro con peso similar, es decir, entre el 85% y el 90%.