Medellín, la ciudad colombiana que llegó  a ser considerada la más violenta del mundo, realiza desde el pasado viernes su XV Festival Internacional de Poesía, con escritores de 52 países encabezados por el Nobel nigeriano Wole Sonyinka, en una fiesta que busca oponer la fuerza de la palabra a la de las armas.

Gabriel Franco, coordinador general, no oculta su ansiedad. “En la historia de los quince años del festival es la primera vez que un Nobel está en el evento", señala. La agenda incluye recitales de poesía en cárceles, hospitales, sedes sindicales y cines de barrio. Más de 630 poetas han participado en las diferentes versiones del festival.