El escritor portugués José Saramago reiteró el pasado jueves en Cuba que se considera un amigo fiel del país, pero que no se retractará de sus críticas hechas al Gobierno comunista en el 2003 por el arresto de opositores y el fusilamiento de tres secuestradores de un barco.
La primera visita en seis años que hace el Premio Nobel de Literatura 1998 a la isla está marcada por el eco de su declaración pública “Hasta aquí he llegado”, que siguió a la represión realizada por el Gobierno comunista de Cuba hace dos años. La frase se interpretó como una ruptura definitiva con el Gobierno de La Habana. “Disentir es un derecho que no debería negarse a nadie”, opinó Saramago.