Una nueva técnica desarrollada por un grupo de científicos estadounidenses permite la creación de arterias artificiales a partir de células humanas, que podrían ser utilizadas en unos cinco años en operaciones de puente coronario o bypass.

Hasta ahora, la ciencia no había podido hacer arterias a partir de las células de los enfermos que más las necesitan, las personas mayores, porque estas no sobrevivían el tiempo suficiente en el laboratorio y no llegaban a convertirse en arterias utilizables.

Científicos de la Universidad Médica Duke de Durham (EE.UU.), encabezado por la doctora Laura Niklason, descubrieron la manera de rejuvenecer esas células para que resistan hasta el final, a través de una terapia genética.

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Con esta técnica, que modifica el cromosoma responsable del envejecimiento celular (telómeros), se rejuvenece el tejido celular del paciente de edad y se posibilita la construcción de arterias compatibles con su sistema inmunológico.

Los científicos deben ahora hallar el modo de fortalecerlas para que puedan ser implantadas en el enfermo, algo que se practicaría en unos cinco a diez años.

En 1999, la doctora Niklason dirigió un experimento que permitió crear arterias en el laboratorio a partir de recrear las condiciones del útero. Estos productos de bioingeniería funcionaron como arterias convencionales al ser implantadas en animales.

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Pero al intentar aplicar la técnica en humanos surgió el problema de la poca resistencia de las células viejas.

La terapia genética que aplica el equipo estadounidense modifica el cromosoma responsable del envejecimiento celular, de modo que la vida de las células se alargan lo suficiente para que se conviertan en arterias.

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TÉCNICA

Operaciones
El desarrollo de arterias a partir del tejido del propio paciente aumentará las perspectivas de éxito de las operaciones de bypass, para las que se pueden utilizar arterias de plástico pero con éxito limitado, ya que propician la formación de coágulos.

Edad
Cuanto mayor es el paciente donante de las células sanguíneas, menor es el ritmo de crecimiento de nuevos tejidos, aseguraron los expertos.