El conflicto creó una dualidad de poderes que la OEA debe analizar para proponer soluciones.
Un ambiente de tensión vivía ayer Nicaragua ante una pugna entre el Gobierno y la oposición, en medio de los pedidos de destitución al presidente Enrique Bolaños y de la visita mediadora de la Organización de Estados Americanos (OEA), encabezada por su secretario general, José Miguel Insulza.
El presidente de la Contraloría de Nicaragua, José Pasos, dijo ayer que pedirá al parlamento destituir a Bolaños por desacato a la autoridad.
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El mandatario y el Congreso se encuentran enfrascados en una lucha desde hace dos semanas por el control de entidades públicas.
El Parlamento, dominado por opositores del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda) y del Partido Liberal Constitucionalista (PLC, derecha), aprobó una enmienda constitucional que le permite controlar la gestión y nombramiento de los altos cargos ejecutivos.
Además creó dos superintendencias para quitarle al Gobierno competencias sobre las instituciones que regulan las Telecomunicaciones, Energía y Agua Potable.
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La administración de Bolaños desconoció la legitimidad de las enmiendas constitucionales, luego de que la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ) las declarara “inaplicables” porque afectan la independencia del Ejecutivo.
Tras un fuerte forcejeo político, Bolaños logró retener el mando del Instituto de Telecomunicaciones y del Agua Potable, cuyas cuentas bancarias fueron congeladas por órdenes de la Superintendencia de Bancos (SIB) por disposición de la Contraloría.
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La policía, por órdenes del Presidente, impide el ingreso de las nuevas autoridades designadas por el Congreso.
Bolaños ha ignorado una disposición de la Contraloría para efectuar una auditoría en los entes en las instituciones estatales de Telecomunicaciones, Energía y Agua Potable, absorbidos por la Superintendencia de Servicios Públicos (Sisep) recién creada por el Parlamento.
La Contraloría también solicitó en septiembre pasado la destitución de Bolaños por negarse a informar sobre las finanzas de su campaña electoral en el 2001, con la que ganó la presidencia de Nicaragua.
En este ambiente caldeado, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, preveía llegar ayer para iniciar una acción mediadora, dijo la Cancillería.
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El intento del Congreso de remover a Bolaños de la presidencia fue detenido tras una primera visita en septiembre pasado de una misión de la OEA encabezada por su secretario interino, el panameño Arístides Arroyo.
En tanto una ola de rumores que circularon en medios locales de prensa mencionaban acciones de fuerza del Gobierno contra otros poderes de Estado con apoyo de las FF.AA. y diplomáticos.
Bolaños pidió el auxilio de la OEA al amparo del artículo 18 de la Carta Democrática Interamericana, que faculta al organismo a enviar misiones de evaluación cuando en un Estado miembro se producen situaciones que pueden afectar el ejercicio del poder, informó la Cancillería nicaragüense.