Con modificar un solo gen en la mosca de la fruta, un grupo estadounidense de científicos ha descubierto que las hembras de la especie se comportan como machos, utilizando las mismas técnicas de cortejo, publica esta semana la revista británica Nature.
El hallazgo, susceptible de ser aplicable a la especie humana, demuestra que un único gen, llamado fruitless, puede determinar cómo los machos y las hembras detectan y responden a las señales sexuales.
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Modificación
Esa modificación genética permite obtener “un comportamiento masculino en un cuerpo de hembra”, según el responsable del experimento, el profesor Bruce Baker, de la Universidad de Stanford de California (EE.UU.).
Previamente a ese estudio, Baker había determinado que ese gen controla el ritual masculino de la mosca de la fruta, consistente en seis pasos, para cortejar a las hembras.
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“Hemos creado una nueva y poderosa forma de manipular un gen interesante, que controla el estilo de vida y todas las fases del flirteo” en esos insectos, según el coautor del nuevo experimento, el profesor Jeffrey Hall.
Comparte genes
La mosca de la fruta comparte muchos genes con la especia humana, por lo que los científicos confían en encontrar un equivalente del fruitless entre los hombres.
“No me sorprendería descubrir que detrás de los comportamientos humanos sexuales, también se encuentra un circuito básico en el sistema nervioso que permite la atracción y el emparejamiento”, según Baker.