Henri Paul, el chofer que conducía el vehículo en el que murió la princesa Diana de Gales, recibió un pago de más de 110.000 euros en libras esterlinas (143.000 dólares)  semanas antes del accidente, publicó ayer el sensacionalista Daily Express.

Según el diario, las últimas averiguaciones de los investigadores británicos de la muerte de Diana, que revelan que Paul recibió miles de libras pagadas en su mayoría desde Inglaterra, vuelven a dar fuerza a la teoría de que Lady Di pudo morir víctima de una conspiración.

El periódico asegura que el conductor, que ganaba menos de 30.000 euros (39.000 dólares) al año como chofer del hotel Ritz de París, había reunido antes de fallecer en el accidente una “pequeña fortuna” que tenía repartida en trece cuentas bancarias domiciliadas en distintos países.

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Paul, que al momento de su deceso tenía casi tres mil euros (3.900 dólares) en el bolsillo de su chaqueta, llevaba un estilo de vida muy sofisticado, pues acudía a clases de vuelo privadas y era miembro de un exclusivo club de tenis.

“Siempre hemos querido saber quién está detrás de la persona que estaba pagando a Henri Paul en efectivo y ahora estamos muy cerca de descubrirlo”, declaró una fuente cercana a la investigación.

Las teorías sobre una conspiración para matar a Lady Di se avivaron en enero del 2004, cuando la prensa sensacionalista británica publicó una carta en la que la princesa expresaba sus sospechas de que su ex marido, el príncipe Carlos de Inglaterra, planeaba matarla en un accidente.

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Ese mismo mes se abrió una investigación en el Reino Unido dirigida por el entonces comisario jefe de Scotland Yard, John Stevens, que tiene previsto divulgar un informe con sus conclusiones en enero del próximo año.

Paul Burrell, quien trabajó como mayordomo de la desaparecida princesa, publicó en octubre del 2003 el libro A royal duty (Un deber real), en el que también destacó los temores de la ex esposa del heredero del trono británico de ser asesinada. Él incluyó en su obra cartas y documentos.

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Diana de Gales murió la  noche del 31 de agosto de 1997 junto a su novio, el millonario egipcio, Dodi Al Fayed, y el chofer de la limusina Mercedes Benz en la que viajaba la pareja, que antes había salido del hotel Ritz.