Sorpresa y un cierto nivel de nerviosismo causó en el Gobierno la decisión del ex presidente Lucio Gutiérrez de renunciar al asilo político que hace un mes y catorce días le concedió Brasil.

El secretario de la Administración, Luis Herrería, dijo ayer que al Gobierno le resulta incomprensible que después de todo el operativo de seguridad que supuso su salida del país, Gutiérrez haya dejado la protección que implica el asilo.

El funcionario expresó que si Gutiérrez quiere regresar al país está en su derecho de hacerlo, pero advirtió que no se debe olvidar a los ‘forajidos’ que en abril exigieron su salida del Gobierno.

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Según Herrería, hay tranquilidad en el Gobierno pese al posible regreso de Gutiérrez y a los disturbios en Tena (Napo), donde sus ciudadanos protestan por la designación del gobernador.

El presidente de la República, Alfredo Palacio, pasó ayer  en Carondelet y suspendió su asistencia a la décima ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio porque según se informó  “debía reunirse con representantes de la Universidad John Hopkins”.

En la Presidencia además fueron desplegados ciento cincuenta militares adicionales a los que normalmente vigilan el lugar.