El empleo, la unidad en torno al interés nacional y la recuperación de la vocación europea tras el traumático rechazo el pasado domingo a la Constitución continental en el país, serán las prioridades del nuevo gobierno francés dirigido por Dominique de Villepin, aseguró ayer el presidente Jacques Chirac.

Tras el rechazo francés, Chirac se distanció de su primer ministro, Jean Pierre Raffarin, y optó por un hombre fiel, con ideas claras y que le permitirá terminar su mandato, que expira en el 2007.

De Villepin desea encarnar la imagen de una Francia orgullosa y poderosa, como la que defendió en sus tiempos de canciller en el 2003, cuando el país se opuso a la guerra de Iraq.