La Iglesia Católica en Latinoamérica se ha convertido en el “ministerio de la consolación” por el alivio que ofrece a sus fieles frente a los problemas sociales en la región, dijo ayer el arzobispo de Mérida (Venezuela), Baltasar Porras.

La autoridad eclesial señaló que a la Iglesia le toca siempre el papel de mediadora ante las crisis políticas y sociales, pero agregó con resignación que “para eso estamos”.

“Cuando las situaciones llegan a un nivel y están con el agua al cuello, ahí se acuerdan de nosotros”, agregó monseñor Porras al final de la XXX Asamblea Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano, llevada a cabo en Lima.

Publicidad

“Nos toca ser el ministerio de la consolación por los distintos problemas existentes en nuestros países y ese es un tema presente en todos los informes (nacionales)”, indicó.

El presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, monseñor Hugo Garaycoa, comentó que los laicos todavía no asumen la responsabilidad que tienen de ejecutar cambios políticos y estructurales en sus respectivas sociedades.