Empezaron hace rato–las clases, en medio de un clima de tormentas: las que generan los políticos y sus cambios de opinión sobre qué hacer o no hacer para cambiar la Corte de Justicia, o el Tribunal Constitucional, o cambiarse ellos de camiseta según el mejor postor. Y muchos niños y jóvenes de escuelas y colegios fiscales deben sentarse en bancas que dañan sus uniformes, en el caso de los que las pueden usar, porque algunos escuchan clases de pie o sentados en el piso; y a la hora del recreo deben ir a baños que no tienen agua, o tratar de jugar en patios llenos de pozas de agua, huecos, o de tierra y lodo, para los que no tienen patio de cemento.

Hay aulas sin techo, y los niños y maestros ruegan que no llueva durante las horas de clase para no mojarse ellos, y menos sus libros. Esta es la educación que todos estos políticos quieren para los niños y jóvenes.  En Guayaquil, ha mostrado preocupación el Alcalde, pero de nada sirven los libros si las escuelas se llenan de agua cada vez que llueve. Trabajemos en la educación y en mejorar el nivel de los maestros, empezando por el económico y el intelectual. Políticos, miren hacia la educación y dejen de perder el tiempo.

Daniel Molina Rodríguez
Guayaquil

He estado de acuerdo que el inicio de clases de colegios se unifiquen siempre, a fin de que en una familia de varios hijos que están en diferentes colegios, tengan el mismo ingreso y salgan de vacaciones por igual, tal como lo expresó el Ministerio de Educación en el año lectivo 2004-2005.

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El error fue que en el transcurso del año, por decisión de cada colegio se estableció el programa de días o semana de vacaciones, es decir que unos las tuvieron en junio y otros en julio, en el primer trimestre; otros en septiembre, octubre y noviembre. En mi caso, mis tres hijos tuvieron vacaciones de segundo trimestre en diferentes fechas.

Sería bueno que, salvo el caso de los colegios con quinquemestre, se unifiquen ahora las vacaciones.

Jacqueline de Barbery
Guayaquil

Ahora que tenemos como Presidente de la República a un médico de alta estima, doctor Alfredo Palacio, exigimos la aplicación de la ley del Médico Escolar.

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Se prometió  incrementar las plazas del médico escolar, como una alternativa social para evitar la masificación de pacientes hacia las emergencias de los hospitales, además del tratamiento médico y atención de casos de morbilidad y exoneraciones en educación física; también haciendo énfasis en la medicina preventiva y comunitaria.

De acuerdo con la ley reformatoria a la de la Federación Médica Ecuatoriana, se considera la creación del servicio del médico escolar. El reglamento de esta ley establecerá los casos y condiciones en las que las instituciones educacionales de preprimaria, primaria y secundaria sean fiscales, municipales, fiscomisionales o particulares deben contratar un médico dentro del programa para la atención de la salud integral de sus educandos; que se debía ejecutar a partir del segundo semestre de 1989 hasta cubrir el servicio de manera total en el año de 1994; eso manifiesta la ley.

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Pero la ley en este sentido no se ha cumplido en su totalidad, y por eso, aprovechando la oportunidad de tener un presidente médico, exigimos la aplicación de aquello, cubriendo todas las instituciones educativas de dicho servicio básico para los estudiantes de menores recursos económicos. De acuerdo con un estudio del Ministerio de Educación, se necesitan más de 18.000 plazas para cubrirlos : 1.930 médicos en preprimaria; 14.534 en la primaria; y 1.804 en la secundaria. En la actualidad no llegamos a 900 médicos tratantes (médicos escolares), por lo que existiría un déficit del 95%.

La aplicación total de esta ley entendería el concepto integral de salud, como un derecho humano y social inmerso en el sector más importante de nuestra sociedad, como son los estudiantes.

Dr. Teodoro Vinueza Pinos
Guayaquil