Luego de 800 años, los motivos y comportamientos de los cruzados cristianos y de sus enemigos musulmanes, que lucharon salvajes batallas por el control de lugares cristianos santos en Oriente Medio, aún provocan un debate apasionado.
El nuevo campo de batalla es "Kingdom of Heaven", la película épica de Ridley Scott que generó la alabanza de grupos musulmanes por su representación compasiva de Saladin, el comandante kurdo de los ejércitos musulmanes, pero fue rechazada por un importante académico británico por ser la "versión de la historia hecha por Osama bin Laden".
Scott no se disculpa y afirma que se apegó a los hechos históricos aunque admite que juntar los acontecimientos de más de 200 años en una sola película significó dar mayor importancia a unas cosas que otras.
"Usted intenta darse tanta licencia (poética) como sea posible en términos de seriedad de este punto particular de la historia", dijo Scott a Reuters en el estreno europeo de la superproducción de 140 millones de dólares, que estará el viernes en las salas de cine estadounidenses.
Al ser consultado sobre las discusiones de los historiadores sobre la película, en las que muchos opinaron incluso antes que fuera rodada, agregó: "Cada historiador es un experto".
En el centro de la discusión está la representación que hace Scott de Saladin y de sus fuerzas sarracenas, que derrotaron al ejército cristiano en la batalla de Hattin en 1187 antes de tomar Jerusalén.
Los musulmanes que sienten que han sido víctimas de la agresión, notablemente debido a la invasión de Irak liderada por Estados Unidos en el 2003, estarán particularmente sensibles en relación a la representación de Saladin, según un académico de El Cairo.
"La sensación general aquí es que somos blanco para la destrucción", dijo Mohamed el Sayed, vicedirector del centro para estudios políticos y estratégicos de al Ahram.
Scott ha sido acusado de ser demasiado compasivo con Saladin y de demonizar a los Caballeros Templarios, una poderosa orden de monjes guerreros, al presentar a Guy de Lusignan, quien se hizo rey de Jerusalén con su ayuda, retratado como un clásico villano.
Mucho antes de que la película fuera terminada, el profesor Jonathan Riley Smith en la Universidad de Cambridge la llamó "absurda" y "versión de la historia hecha por Osama bin Laden".
REPRESENTACION SIMPLISTA DE SALADIN
Jonathan Phillips, profesor de Historia de las Cruzadas de la Universidad Royal Holloway en Londres, quien ha visto la película, es menos extremo en su crítica pero dice que la representación de Saladin es simplista.
"Saladin está como desesperado (como los caballeros), si no más desesperado, por luchar", dijo. "Lo que la película no puede mostrar es que pasó 13 años armando una coalición (...) prometiendo que entregaré Jerusalén".
Thomas Asbridge, profesor de historia medieval en Queen Mary, Universidad de Londres, está de acuerdo.
"En parte por razones de conveniencia o edición, Saladin fue más y más santificado, y pienso que ese es un mensaje peligroso", dijo después de ver la película.
La película no hace ninguna mención del hecho de que Saladin ejecutó a cientos de caballeros después de ganar la batalla de Hattin, observó.
El principal problema de Phillips con la película es que su héroe Balian, interpretado por Orlando Bloom, duda de la existencia de Dios.
"La idea en el centro de la película es antihistórica y profundamente inexacta", dijo Phillips.
"Bloom tiene éxito rechazando a Dios, pero no funcionaría. Si él estuviera parado y expresara esas conclusiones habría sido quemado como agente del diablo".
Los historiadores dicen que las interpretaciones de las Cruzadas han sido siempre propensas a cambiar, reflejando las realidades políticas del día.
Phillips dijo que hace unos 50 a 60 años, los académicos occidentales se centraban en los caballeros templarios, por motivos capitalistas, pero que en los últimos 20 años el énfasis había cambiado a la motivación religiosa.
Según Said en El Cairo, los árabes seculares y los intelectuales también rechazan los estereotipos que convierten a los musulmanes en víctimas de las cruzadas y a los cristianos en agresores.
Los líderes políticos no fueron lentos en evocar las cruzadas para justificar sus políticas. El presidente de Estados Unidos George W. Bush describió inicialmente su guerra contra el terrorismo como una "cruzada".
Las declaraciones atribuidas al fundador de al Qaeda, Osama bin Laden, desde los ataques del 11 de septiembre de 2001 han incluido frases como "cruzada contra los estadounidenses" e "infieles".