El presidente de Cuba, Fidel Castro, recordó el viernes el quinto aniversario del hecho que tornó la disputa por la custodia del niño náufrago Elián González en favor de la isla caribeña.

El pequeño balsero hizo su primer discurso público en el acto que se desarrolló en la Tribuna antiimperialista José Martí, construida en La Habana durante el proceso que concluyó con la devolución del niño a la isla en el 2000.

Elián aseguró que el día de su regreso fue “el día más feliz de mi vida”.

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“Hace más de cinco años regresé a mi patria y eso fue posible gracias a mi familia, al pueblo cubano, y a nuestro comandante en jefe, Fidel”, dijo el niño ante cientos de jóvenes que participaron en el acto.

Elián, ahora con 10 años, vestido con uniforme escolar blanco y vino, con una pañoleta  roja de la Organización de Pioneros, agradeció además al pueblo de EE.UU., la posibilidad de regresar con su familia y a su país.

Batalla legal
Elián fue rescatado de las aguas del Caribe por unos pescadores, luego que una balsa de inmigrantes ilegales en la que viajaba desde Cuba naufragara, la que causó la muerte a su madre y otras 10 personas. Fue llevado a Miami y entregado a parientes lejanos.

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A partir de entonces comenzó una batalla legal, política y familiar por la devolución de Elián, reclamado por su padre Juan Miguel González, residente en Cuba.

La madrugada del 22 de abril del 2000 agentes federales del Servicio de Inmigración y Naturalización sacaron por la fuerza a Elián de la casa de su tío abuelo Lázaro, en una operación que fue condenada por los exiliados cubanos.

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Los tribunales estadounidenses resolvieron a favor del padre de Elián y la disputa concluyó con su regreso a la isla, el 28 de junio del 2000.

Elián vive actualmente una vida ordinaria en Cuba pero ocasionalmente aparece en público junto a Fidel Castro.

“Es solo un muchachito como los demás”, es lo que dice casi todo el mundo en Cuba cuando uno pregunta por él.

Un muchachito normal que va bien en el colegio, que tiene muchos amigos y que cree que quizás pueda ser gimnasta cuando sea grande.

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El gobierno cubano cuida su privacidad con mucho esmero con agentes de seguridad. Cualquier persona  que esté rondando la zona es interrogado y está prohibido tomar fotografías.

Todo está muy alejado del intenso drama de hace cinco años, cuando Elián se convirtió en el famoso símbolo mundial de una amarga disputa entre dos naciones, dos sistemas políticos y una familia.