Unas controvertidas pruebas de ADN practicadas a momias de 4.000 años de antigüedad revelaron que los caucásicos vivieron en la región autónoma de Xinjiang (oeste), actual escenario de separatistas, informa hoy la prensa local.
 
Tras años de controversias políticas, los arqueólogos demostraron que los indoeuropeos vivieron en la Cuenca del Tarim 1.000 años antes de la llegada de los asiáticos, según el diario independiente South China Morining Post.
 
El descubrimiento, retrasado, según el rotativo, por el Gobierno chino por miedo a intensificar el separatismo en esta región de 19 millones de habitantes, diez de ellos islámicos de lengua turcomana, se basó en el análisis de dos momias halladas en la cuenca en las últimas décadas.
 
"Es desafortunado que el asunto se haya politizado, porque nos ha creado un montón de problemas. Habría sido mejor una aproximación puramente científica", señaló Víctor Mair, especialista y coautor de Las momias de la Cuenca del Tarim.
El descubrimiento en 1980 en la Ruta de la Seda de la "Bella de Loulan", una momia de 4.000 años de antigüedad en perfecto estado de conservación, y del "Hombre de Charchan", de 3.000 años, fue legendario en los círculos arqueólogos de todo el mundo.
 
Los cuerpos disecados, que evitaron la descomposición gracias a la sequedad del clima y al suelo alcalino del Tarim, no sólo han facilitado datos fisiológicos, sino también sobre la indumentaria, herramientas y rituales funerarios de la Edad de Bronce.
 
Mair trabajó infatigable hasta que consiguió la autorización del Gobierno chino para realizar los análisis genéticos de estas momias, de las que extrajo en un primer momento 52 muestras con la ayuda de investigadores chinos que, tras cambiar de opinión, sólo permitieron la salida del país de cinco de ellas.
 
Profesor de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, Mair pasó seis meses en Suecia para realizar los análisis de ADN. "Mi investigación demuestra que durante el segundo milenio antes de Cristo, las momias más antiguas, como la ‘Bella de Loulan’, fueron los primeros pobladores de la Cuenca del Tarim”, dijo.
 
"A partir de las pruebas disponibles, hemos descubierto que durante 1.000 años los únicos pobladores de la cuenca fueron caucásicos", agregó.
 
Los asiáticos aparecieron en las regiones orientales de la cuenca hace 3.000 años, según Mair, mientras que los uigures llegaron tras la caída del Reino Uigur de Orkon, con base en la actual Mongolia, entorno al año 842.
 
"Los actuales análisis de ADN demuestran que uigures, kazajos, kirguís y los pueblos de Asia Central son una combinación de caucásicos y asiáticos. Tanto el moderno como el antiguo ADN arroja el mismo resultado", precisó.
 
Investigadores de la Universidad de Jilin (noreste) también descubrieron que las momias tenían genes blancos. En el prefacio de "Momias de Xinjiang", el arqueólogo Wang Huabing y el especialista en sánscrito Ji Xianlin denunciaron el uso del descubrimiento por parte del separatismo uigur.
 
Por otro lado, el "Hombre de Yingpan", una momia de 2.000 años de edad perfectamente conservada, salió este mes por primera vez de China con destino al Museo Edo de Tokio.
 
Descubierta en 1995 y de casi 2 metros de altura, la momia estaba cubierta por una máscara de oro (tradición griega), que arropaba su barba rubia, y mostraba elaborados bordados en rojo y marrón con cenefas de origen europeo.
 
En China hay cientos de momias de diferentes grados de disecado y descomposición, incluido el prominente guerrero de raza Han Zhang Xiong, aunque sólo una docena pueden ser visitadas por el público.