Con el estreno del filme  Sahara, Penélope Cruz se lanzó a una nueva aventura de Hollywood, que ha llevado a la actriz española a los brazos del tejano Matthew McConaughey tanto dentro como fuera de la pantalla.

La película  es dirigida por Breck Eisner. En ella el científico y explorador Dirk Pitt (McConaughey) busca un tesoro perdido y en el camino encuentra el amor de la doctora Eva Rojas (Cruz).

Publicidad

La película, una producción de 129 millones de dólares, ha dado también pie a un nuevo romance en la vida de la española. Una cinta que, como ha descrito Cruz a la prensa, permitió a sus protagonistas darse cuenta de que “estaban hechos el uno para el otro”.

“¿Por qué vamos a ocultar las cosas? los dos estamos
solteros, en la treintena y disfrutamos de una gran relación”, reconoció Penélope, a quien la prensa estadounidense siempre describe como la chica Almodóvar. La prensa del corazón habla de boda, quizás para el verano, tal vez en Madrid. 
 
Desde que Cruz llegó a su aventura estadounidense con el rodaje de All the Pretty Horses y el estreno de Woman on Top, su lista de amantes es casi más larga que su filmografía.

Publicidad

En el 2000 fue Matt Damon, su compañero de reparto en All the Pretty Horses, quien la fue a buscar al hotel a su paso por Los Ángeles, para la entrega del Oscar, que recayó en el español Pedro Almodóvar por Todo sobre mi madre.

Johnny Depp se libró de estos rumores cuando la pareja trabajó junta en Blow, pero para el estreno de Captain Corellis Mandolin, Cruz volaba en el jet privado de Nicolas Cage. Una carrera que culminó con Vanilla Sky, no solo por protagonizar el remake estadounidense de su propia cinta –Abre los ojos, de Alejandro Amenábar sino por llevarse del brazo al galán más codiciado de Hollywood, Tom Cruise.

Este romance, que duró cerca de dos años, colocó el rostro de Cruz en todas las revistas del corazón en Estados Unidos, donde la actriz continúa la aparición en sus portadas, aunque según algunos críticos el brillo de su carrera artística está aún por probar.

Ella prefiere no prestar atención a ese tipo de comentarios y disfruta de las oportunidades que Hollywood le ha deparado en todos los sentidos. Como ha repetido desde que llegó a Estados Unidos, su salto a Hollywood estuvo motivado por su deseo de correr riesgos.

Según recuerda la actriz, el director de Sahara la contrató contra todo pronóstico porque los demás la veían demasiado frágil para esta aventura. “No tengo nada de flor de invernadero. Crecí en España y sin saber ni inglés me vine a Estados Unidos y me labré una carrera. Una tiene que ser fuerte para hacer estas cosas”, resume.