Actualmente es necesario incorporar los últimos adelantos técnicos para estar entre los primeros deportistas de una especialidad. Tras una carrera de éxitos pero interrumpida por un cáncer de gravedad, Lance Armstrong y su equipo incorporaron la bicicleta Trek Madone 5.9.
En el mundo del deporte, la destreza ya no es suficiente. Lance Armstrong se consolidó como uno de los mejores ciclistas de todos los tiempos gracias a su habilidad y perseverancia, pero también contó con la ayuda de la ciencia aplicada a la construcción de herramientas más modernas y eficaces. Con la nueva bicicleta ultraliviana Trek Madone 5.9, la estrella y su equipo logran mantenerse entre los principales de su disciplina y mejorar sus tiempos en los distintos estilos.
Con 1.100 gramos de peso y un diseño aerodinámico, la estructura está compuesta por fibras de carbón OCLV 110 cuya fuerza y rigidez se adaptan para asegurar el equilibrio ideal a su tamaño y forma.
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El Discovery Channel Pro Cycling Team adoptó esta bicicleta recientemente y la utilizará en todos los recorridos de 2005. Este equipo tiene como figura principal a Lance Armstrong, el deportista que ganó seis veces el Tour de Francia y volvió a los circuitos tras sobrevivir a un cáncer que casi lo mata. Nació en Estados Unidos el 18 de septiembre de 1971. Desde la niñez practicó distintos tipos de actividades en su ciudad natal de Plano, Texas, ganando el Iron Kids Triatlón a los 13 años y convirtiéndose en un profesional de esta especialidad a los 16. Sin embargo, antes de abandonar el colegio ya había decidido que se dedicaría únicamente al ciclismo. Por su determinación y esfuerzo deportivo casi fracasa en su último año de estudios. Sin embargo con la ayuda de clases privadas logró graduarse y, de esta manera, centrar su atención en la disciplina que amaba.
Lance participó en el torneo mundial junior de Moscú en 1989 y en distintas carreras amateur que lo ayudaron a mejorar su estilo y adaptarse al mundo del deporte. En 1991, formó parte del equipo National Amateur Champion de Estados Unidos y compitió, al año siguiente, en los Juegos Olímpicos de Barcelona, España. Sus primeras incursiones en el terreno profesional no fueron tan exitosas como hubiera deseado, pero gracias a la tenacidad y el esfuerzo logró ir remontando y mejorando sus posiciones. En 1993 ganó 10 títulos y, por primera vez en la historia de su país, el Equipo Motorola de Estados Unidos se posicionó entre los cinco mejores del mundo.
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Así comenzó la carrera y estilo de vida de un profesional de este deporte, que pasa ocho meses por año en Europa y entrena cada día para poder mantenerse entre los mejores de su disciplina. Algunas de sus principales victorias de estos años incluyeron el Thrift Drug Triple Crown de Estados Unidos en 1993, el TDS Classic de 1994 y el Tour Du Pont en 1995. Además, fue el primer americano en ganar el Clásico San Sebastián. La prensa inventó sobrenombres como el Dominador de Du Pont y el Muchacho de Oro del Ciclismo Americano, mientras los admiradores que se contaban de a miles seguían cada una de sus competencias y declaraciones.
La carrera de Lance iba en ascenso y su posición económica mejoraba día a día cuando a los 25 años de edad, una serie de dolores intensos que no le permitían subirse a la bicicleta lo llevaron al consultorio médico y a un diagnóstico que nadie esperaba escuchar. En una conferencia de prensa realizada el 9 de octubre de 1996 se anunció que sufría de un cáncer avanzado de testículos que se había expandido a los pulmones y el cerebro. Se removieron los tumores mediante dos intervenciones quirúrgicas pero la expectativa de vida era de solo un 50%. Se inició una quimioterapia agresiva con una mezcla de drogas y los buenos resultados se notaron al poco tiempo. Sin embargo, Lance no esperó una confirmación y a cinco meses del diagnóstico y sin saber si se curaría empezó nuevamente a entrenar y a pensar en las competiciones que lo esperaban.
El deportista declaró que esta enfermedad era “lo mejor que le había pasado” ya que lo forzó a madurar y a enfocar la vida de otra manera. Consideró que toda la experiencia fue como un llamado especial que lo despertó y lo convirtió en un portavoz de la lucha contra distintos tipos de cáncer. Coordinó e inauguró la Lance Armstrong Foundation, una organización internacional sin fines de lucro que promueve la investigación y el conocimiento de los tumores urológicos.
En 1998 ya había recuperado su salud y capacidad deportiva, volviendo a las pistas con el nuevo compromiso de no abandonar la lucha contra el mal que casi le quita la vida.
Desde entonces, su carrera se caracterizó por el éxito y los buenos resultados. El cáncer y la enfermedad quedaron atrás pero su compromiso con el deporte y la lucha por la salud continúan vigentes.
Para saber más sobre este tema, vea Overhaulin 2, el lunes 11 de abril a las 9 p.m. en Discovery Channel.