A cinco días de haber declarado la nulidad de cinco juicios que involucran en peculado a tres ex mandatarios del país, en el pleno de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) se buscan los votos para destituir al presidente de esta Función del Estado, Guillermo Castro.

Ayer, el Palacio de Justicia fue resguardado por elementos del Ejército y la Policía. A las dependencias no tuvo acceso la prensa, por disposición de Castro, quien llegó a su despacho el mediodía de ayer.

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Al interior del edificio el movimiento fue inusual. Un grupo de trece magistrados, liderados, entre otros, por Angelita Albán, hacían esfuerzos para consolidar los 21 votos que se requieren para destituir del cargo a Castro.

Albán y otros recorrieron los despachos de todos los ministros, a la espera de conseguir el respaldo necesario.
El intento se frustró, en virtud a que los magistrados de provincias no retornaban a Quito. No obstante, dijo el juez Efrén Gavilanes, se espera tener una posición definida hoy, y plantearla en la sesión ordinaria del pleno de la CSJ, prevista para mañana.

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A juicio del magistrado, Castro fue indelicado cuando emitió las providencias anulando los juicios que se seguían en contra de tres ex mandatarios, Abdalá Bucaram, Gustavo Noboa y Alberto Dahik.

Aunque en la Corte consideran que las providencias están en firme, pues la declaratoria de nulidad no admite apelación o revocatoria, los magistrados sostienen que Castro, con su proceder, afectó aún más, la imagen institucional de la Función Judicial.

En la tarde de ayer, el pleno de la Corte Suprema de Justicia se reunió en forma reservada y por pedido de Castro, quien buscaba explicar a los ministros, las razones que tuvo para dictar las providencias a favor de los tres políticos.

Tras la emisión de los fallos de Castro, el acceso de la prensa a las dependencias de la CSJ se cerró completamente.

En la calle,  los periodistas deben esperar para abordar a los ministros y conseguir información de lo que sucede en la Corte.