Más de 1.000 voluntarios se apostaron este viernes en el sur de Arizona, donde se lanzó el Proyecto Minuteman, una polémica iniciativa ciudadana para convertirse en los ojos y oídos de la Patrulla Fronteriza en la frontera con México.
Enardecidos contra la inmigración ilegal, los organizadores dicen que lanzaron el emprendimiento ante el fracaso del gobierno para proteger la frontera de los miles y miles de personas que a diario la atraviesan para vivir y trabajar en Estados Unidos.
El emprendimiento se realizó con el fin de ser los ojos y oídos de la Patrulla Fronteriza para impedir que ingresen inmigrantes ilegales.
Según los organizadores del Proyecto, más de mil voluntarios venidos de todos los Estados del país empezaron desde este viernes a desplegarse en la frontera con México y lo seguirán haciendo durante todo el mes de abril.
Tras un fin de semana de mitines, los voluntarios planean vigilar el estrecho de la frontera de 36,8 de km que cada año atraviesan millones de personas. El año fiscal pasado, según las estadísticas de la patrulla, más de un millón de personas atravesaron la frontera. De ellas tan sólo un porcentaje de uno en cinco fueron arrestadas, indicó.
El proyecto Minuteman, que lleva el nombre de los milicianos durante la guerra de independencia de Estados Unidos, es el grupo más grande de vigilantes de la nación, dijo el director del proyecto Chris Simcox.
Minuteman fue el nombre que se les dio a los soldados estadounidenses durante la guerra de independencia de Estados Unidos (1775-1783) de Gran Bretaña. Los minuteman (hombres-minutos) eran ciudadanos que debían estar listos en un minuto para combatir a las tropas británicas.
La idea de este nuevo "minuteman" es que vigile toda la geografía de la frontera con binoculares y equipos de visión nocturnos. En cuanto vean movimiento sospechoso, deberán alertar a la Patrulla Fronteriza.
Los organizadores del proyecto ordenaron a los voluntarios de los 50 Estados a que reporten a los inmigrantes ilegales, pero les pidieron que no los enfrenten ni los detengan.
"Si tienen algún problema, deberán retirarse", dice una de las "reglas del juego" del proyecto.
"El propósito de esta reunión política en Arizona es protestar contra el rechazo del Congreso y del presidente (George W. Bush) de proteger nuestras fronteras de los inmigrantes ilegales que ingresan a nuestro país sin haber realizado la documentación necesaria, que les examine su prontuario policial, por lo que se pueden convertir en un peligro para todos los estadounidenses", dijo el organizador del proyecto Jim Gilchrist.
Pero junto a estos "minutemen" miles de activistas viajaron a Arizona a controlar a estos "vigilantes" que en muchos casos realizan su tarea delatora portando armas.
"Tememos que se desarrolle la violencia", dijo Jennifer Allen, directora ejecutiva de la Red de Acción de la Frontera.
"Hubo casos de personas que han sido asesinadas, golpeadas", por este tipo de gente, añadió.
Incluso la patrulla fronteriza teme las acciones violentas de estos "minutemen".
La gobernadora de Arizona Janet Napolitano indicó que no interferirá con los "minutemen" alegando el derecho constitucional de que cualquier a la reunión.
El director del FBI Robert Mueller admitió en recientes testimonios ante el Congreso que miembros de grupos terroristas como la organización Al-Qaeda podrían infiltrarse en Estados Unidos a través de la frontera con México.
Simcox subrayó que los "minutemen" no son anti mexicanos.
Por lo contrario, estamos en contra de los traficantes de droga, criminales y terroristas, subrayó.
El gobierno mexicano manifestó el martes su rechazo a la actividad de los llamados cazainmingrantes .
"El gobierno de México condena las actividades de vigilantismo que realizan ciudadanos de los Estados Unidos en la frontera", dijo la cancillería que calificó de "inacaptables" las detenciones de migrantes mexicanos por parte de ciudadanos particulares estadounidenses.
Cada año 300.000 mexicanos cruzan ilegalmente la frontera, especialmente en Arizona. Más de 20 millones de personas de origen mexicano viven en Estados Unidos, de los cuales unos cinco millones son ilegales.