Raúl Castro Ruz, segundo hombre de la jerarquía  cubana, colocó con su propia mano las cenizas del bailarín español Antonio Gades en un panteón dedicado a los héroes de la revolución en Santiago de Cuba  (sudeste), informaron este domingo los medios locales. 
 
En una ceremonia solemne y con honores militares realizada el sábado,  Castro depositó el cofre de las cenizas en una tumba construida como una palma  real trunca (árbol nacional cubano), enclavado en el mausoleo a los  combatientes del II Frente Oriental. 
 
Un pelotón militar realizó descargas en honor al artista comunista español,  mientras una banda militar de música entonó La Internacional, himno del  movimiento comunista internacional. 
 
En esa intrincada zona montañosa, el actual ministro de las Fuerzas Armadas  y hermano del presidente Fidel Castro, comandó un frente guerrillero en la  lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista en 1957-58. 
 
Familiares de Gades y altos oficiales de las Fuerzas Armadas  Revolucionarias, amigos personales de Gades, asistieron a la ceremonia, cuyo  duelo fue despedido por el Historiador de La Habana, Eusebio Leal. 
 
El bailarín y coreógrafo español murió en julio pasado en España a  consecuencia de un severo cáncer que lo castigó durante tres años. Poco antes  de morir, legó por escrito sus cenizas a su "compadre Raúl". 
 
"Querido compadre Raúl: Quiero decirle que mi mujer Eugenia y mis hijas  María, Tamara y Celia, según mi última voluntad le entregarán mis cenizas. Haga  con ellas lo que usted crea conveniente", dijo Gades en una nota reproducida  por la prensa cubana, cuando su esposa trasladó los restos a la isla. 
 
"Jamás pensé tener el honor de llegar a ser su compadre, pero desde que le  conocí siempre estuvo dentro de mí por su firmeza, su ejemplo de verdadero  comunista y su fidelidad a nuestro Comandante" (Fidel Castro), añadió Gades. 
 
El mausoleo del II Frente no estaba terminado aún, y entonces las  autoriades cubanas dispusieron que las cenizas reposaran en la sala Granma del  Ministerio de las Fuerzas Armadas. 
 
En esa misma sala reposaron los restos del revolucionario cubano argentino  Ernesto Che Guevara en 1997, a su llegada de Bolivia, mientras se esperaba la  construcción de un mausoleo en el centro de la isla, donde se encuentran  actualmente.