Francia conmemora con un sinfín de manifestaciones, publicaciones y biografías el centenario de la muerte del genial visionario y escritor Julio Verne, fallecido el 24 de marzo de 1905.
 
Las ciudades de Nantes, donde nació en 1828, y de Amiens, donde vivió desde 1871 y donde creó gran parte de su obra, se han unido para proponer un año verniano "surrealista y de mil colores".
 
En este marco, los Amigos de Julio Verne depositaron este jueves ante su tumba una gran corona de flores, a imagen de la enviada hace cien años por el Teatro del Chatelet de París, donde la adaptación de "La Vuelta al Mundo en 80 Días" fue tal éxito que contó con 2.195 representaciones.
 
Para celebrar a lo largo de todo el año la imaginación y las premoniciones científicas y técnicas de uno de sus más grandes ciudadanos, Amiens y Nantes, en el noroeste francés, han elaborado un denso programa que moviliza arquitectura, teatro, cine, música, artes plásticas y circenses, filatelia y edición.
 
El homenaje al padre del Capitán Nemo, del "20.000 Leguas de viaje submarino", se revela necesario para comprender mejor a aquel hacedor de mundos fascinantes, como le denominó el ministro francés de Cultura, Renaud Donnedieu de Vabres el pasado enero, al presentarlas.
 
El ministro adelantó ya que "cien años después de su desaparición", y pese a ser muy conocido, múltiples facetas suyas quedan aún por descubrir.
 
Los expertos nacionales parecen estar de acuerdo en este punto. Las opiniones divergen, sin embargo, al evocar el alcance su verdadera dimensión y el pedestal en el que lo tienen colocado sus compatriotas.
 
Así, el escritor Jean-Marie Le Clézio asegura "verse obligado a constatar" que Julio Verne "se ha convertido para los franceses en un genio desconocido, desdeñado por aquellos que componen las antologías de la literatura, relegado al purgatorio de los novelistas para la juventud, en compañía de (Robert Louis) Stevenson y (Rudyard) Kipling".
 
Asegura, además, que "no fue siempre el caso" y que en la mayor parte del planeta se sitúa a Julio Verne entre los más grandes de la literatura universal, al lado de  Victor Hugo (enterrado, este último, en el Panteón de personas ilustres de Francia).
 
Otros autores consideran más bien lo contrario, como Eduard Launet, quien hoy asegura en el diario "Liberation" que el escritor "en otros tiempos limitado a la juventud y la anticipación", ha sido constantemente revaluado y es "todavía más grande después de cien años".
 
Recalca Launet, al respecto,dijo que "el perfil de Julio Verne ha cambiado enormemente en un siglo", pues en 1955, en el cincuentenario de su muerte, "se revaluó al alza" y, en 1978, con el 150 aniversario de su nacimiento, "fue definitivamente consagrado".
 
Para el italiano Piero Gondolo della Riva, que en 2000 vendió las más de 30.000 piezas de su colección Julio Verne a la ciudad de Amiens, este centenario permitirá obtener "una percepción más fina".
 
Lo facilitarán, sin duda, las abundantes cartas exhumadas en los últimos años del autor que decía tener por objetivo "describir la Tierra en forma de novela".
 
Hallazgos que han llevado a pensar a ciertos estudiosos que la legendaria pasión por las ciencias y los descubrimientos tecnológicos atribuida al autor de "De la Tierra a la Luna", no es en absoluto el eje central de su obra, a la que ahora consideran más "geográfica" que "científica".