El Papa Juan Pablo II, incapaz de presidir la misa del Domingo de Ramos por primera vez en su pontificado de 26 años, apareció en la ventana de su apartamento para saludar a miles de peregrinos en la Plaza de San Pedro.
 
Los fieles vitorearon al Papa cuando apareció en la ventana del tercer piso, decorada con un conjunto de palmas tejidas y el estandarte papal carmesí. El Pontífice ondeó una rama de olivo por encima de la multitud que atestaba la plaza cubierta de sol para la ceremonia que marca el inicio de la Semana Santa.
 
Estuvo menos de un minuto en la ventana y no habló, antes de que se cerraran las cortinas blancas.
 
“Los saludo con gran alegría”, afirmó Juan Pablo II horas antes en declaraciones leídas por un arzobispo, que incluían una bienvenida especial para los jóvenes.