Como parte de su gira Trevolución, la artista puso a bailar y cantar a sus admiradores por un lapso de dos horas, con pausas para sus monólogos, reforzado con un destellante juego de luces, pirotecnia y un numeroso plantel de músicos.

Emocionada hasta las lágrimas, agradeció las efusivas muestras de apoyo de sus seguidores, calculados en unos 10.000, que asistieron a su recital la noche del sábado en el Palacio de los Deportes.