Las clases de tango para los gay y las uniones civiles entre personas del mismo sexo talvez no se mencionan en las guías para turistas, pero estos atractivos están convirtiendo a Buenos Aires en la nueva meca de los viajeros homosexuales en Sudamérica.
La Reina del Plata, una ciudad portuaria que reúne a 13 millones de habitantes, tradicionalmente ha seducido a los turistas con su aire europeo y una vida nocturna que le robaba horas al amanecer.
Pero cada vez hay más visitantes homosexuales, en su mayoría hombres, que cruzan el mundo atraídos por el vibrante circuito gay de la ciudad donde, según la publicidad y comentarios, estos son aceptados como parte de la vida urbana.
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El número de visitantes que estuvo en Buenos Aires en el 2004 aumentó el 38%. Parte de ese incremento es el turismo homosexual que Argentina busca promover para elevar su tajada de los 94.000 millones de dólares que deja anualmente este mercado, según la Asociación Internacional de Viajeros Homosexuales y Lesbianas (Iglta, por sus siglas en inglés).
En Buenos Aires hay siete agencias de turismo y hoteles que atienden exclusivamente a homosexuales.
Perú, Ecuador y Uruguay están despertando su interés hacia los viajeros homosexuales o turistas G&L (Gays y Lesbianas), como son llamados en la industria, mientras Sudamérica comienza lentamente a aceptar la diversidad sexual.