El uso del medicamento Temozolomide en la terapia de radiación contra una letal forma de cáncer cerebral ha logrado aumentar el tiempo de supervivencia de los pacientes, señala este miércoles un estudio en la revista "New England Journal of Medicine".
 
La investigación de la Organización Europea para la Investigación del Cáncer y el Instituto Nacional de Oncología de Canadá mostró además que el análisis molecular de los tumores permite identificar a los pacientes que pueden recibir más beneficios del tratamiento.
 
Normalmente, la supervivencia de los pacientes de glioblastoma era de alrededor de un año contado a partir de la aparición del tumor cerebral.
 
Pero según el estudio, el uso de Temozolomide (cuyo nombre comercial es Temodal) mejoró de manera considerable la supervivencia de los pacientes.
 
Señala que al cabo de dos años, sólo un diez por ciento de los pacientes tratados con radioterapia convencional habían sobrevivido.
 
Sin embargo, cuando se administró la combinación de radioterapia y quimioterapia con Temozolomide, ese nivel de supervivencia aumento al 26 por ciento.
 
"Esta es la primera vez que presenció un avance tan grande en la lucha contra una de las formas más letales de cáncer", señaló René Olivier Mirimanoff, del Departamento de Radiación Oncológica del Hospital Universitario de Lausana (Suiza).
 
Según Gregory Cairncross, neurooncólogo del Departamento de Neurociencias Clínicas de la Universidad de Alberta (Canadá), este podría ser uno de los pocos y más exitosos tratamientos contra el glioblastoma.
 
"Los resultados de estas pruebas mejorarán de manera importante los tratamientos y los resultados para muchos pacientes", señaló.
 
Cairncross señaló que la clave de esta terapia es que el Temozolomide causa muy pocos efectos secundarios y será bien tolerado por los pacientes.
 
"Esto significa que el medicamento puede ser administrado diariamente durante el tratamiento de radiación, en vez de una vez cada ocho semanas, que es la dosis común de las medicinas de la quimioterapia", señaló.
 
Además, según dijeron los científicos, el estudio realizado con casi 600 pacientes demostró que la combinación terapéutica no tuvo un impacto negativo en la calidad de vida de los pacientes.