En tres palabras se puede resumir el contenido de la película nominada al Oscar Antes del atardecer (Before sunset): diálogo de recuerdos.

La cinta protagonizada por Ethan Hawke (Jesse) y Julie Delpy (Celine) narra la historia de una pareja que se vuelve a encontrar nueve años después, en París.

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Y es que la trama, igual que su rodaje, es la continuación de la cinta Antes del Amanecer, en la que la pareja, interpretada por los mismos actores, se conocieron en Viena, donde vivieron una noche inolvidable.

La conexión pasional que lograron hace que se prometan un reencuentro seis meses después. Pero nunca se dio.

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Bajo este argumento, Jesse, quien se había convertido en un escritor, decide hacer un libro sobre esta experiencia pasional y, a la vez, frustrada. Su obra es editada y el día de la presentación, en París, ocurre algo inesperado: Jesse y Celine se ven otra vez.

Así inicia esta segunda parte, en la que su director, Richard Linklater, decide que el tiempo y la memoria sean los principales protagonistas, y el diálogo la herramienta.

En el poco tiempo que tenían, pues Jesse debía volver a Nueva York, a las 19h30, se inicia una conversación que se convierte en ansiedad, pues aunque no lo decían, no querían decirse adiós.

Ella se había convertido en una activista defensora de la naturaleza. Independiente,  algo neurótica y con ganas de amar con la misma pasión que lo hizo con Jesse hace nueve años. Él, por su parte, no es feliz en su matrimonio. Tiene un compromiso, al que solo lo ata su hijo de 4 años. Nada más.

En el filme, los actores logran mantener largos diálogos con mucha habilidad, pero que, a ratos, se tornan aburridos. Los escenarios son un cafetín, un parque, las calles de París y el majestuoso río Sena, quizá donde se desarrolla la parte más romántica de la película, pero sin beso, y el final queda para la imaginación.