El neem, árbol de la India, con su propiedad que lo diferencia del resto de la flora –virtualmente libre de insectos y nematodos–, en extracto actúa como insecticida biológico que corta el ciclo de estos tras su eclosión, según indican las investigaciones.
De esta manera previene infestaciones masivas y derivan de su corteza y el aceite de las semillas, productos comerciales para el control de plagas agrícolas y domésticas sin efecto adverso sobre el medio ambiente.
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Para proteger los granos almacenados los hindúes mantienen la milenaria tradición de utilizar sus derivados. En el mundo occidental, las propiedades del neem eran desconocidas hasta fines de la década del treinta cuando se desarrolló un mercado incipiente en Estados Unidos para el control de ciertas plagas agrícolas y caseras con sus extractos.
En Ecuador, especialmente en Manabí, se venden formulaciones como el OikoNeem, insecticida botánico importado para el control de diversosinsectos.
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Todos los extractos del neem se caracterizan por su muy baja toxicidad en mamíferos y reside su importancia en el conjunto de constituyentes que producen una verdadera armonía de efectos para interferir en la acción de las hormonas juveniles elaboradas por los propios insectos para avanzar de un estado de vida al próximo, no muda.
El insecto controlado deja de comer o los repele y si ingesta el cultivo tratado muere intoxicado, señalan las investigaciones de este producto.