Su rostro aparece en anuncios de bebidas alcohólicas, calendarios y cuadernos. A mediados de año viajará a Europa para ser la imagen de un perfume.
Los ojos Azules y la sonrisa son lo primero que llama la atención en Hernán Drago, modelo argentino de 29 años que mide 1,87 m y pesa 85 kilos. Él, al igual que la actriz ecuatoriana Éricka Vélez, aparece en las portadas de los cuadernos de Papelesa, cuyo lanzamiento se realizó la semana pasada.
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Una top model lo descubrió hace ocho años en las calles de su natal Buenos Aires. Ella, que luego se convirtió en su novia, lo presentó a los directivos de una importante agencia. Así comenzó su incursión en un mundo que inicialmente no le atraía, pero que luego le dio muchas satisfacciones personales y profesionales.
“Al principio los prejuicios no te dejan ver claro, especialmente cuando las personas te llenan la cabeza de información falsa. Siempre se dice que los que pertenecen a este ambiente son raros, frívolos, y no es así. Ahora sé que como en el resto de oficios existen personas buenas y malas, por ello no se puede generalizar, si lo haces cometes una grave equivocación”, sostiene Hernán Drago.
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Considera que un maniquí es un producto. El cliente se interesa en la imagen y en lo que proyecta. “No solamente importa lo físico, la cara bonita, también hay que saber enamorar a la cámara con gestos, actitudes y miradas. Lo que reflejes con tu personalidad es fundamental”.
Casi siempre solicitan los servicios de Hernán Drago para anuncios de bebidas alcohólicas, como cerveza y vino. Aunque ha posado para calendarios, esta es la primera vez que aparece en la tapa de cuadernos.
“Con gusto repetiría la experiencia, sobre todo porque se trata de útiles escolares que están al alcance de cualquier bolsillo”, expresa.
Hace tres meses se tomaron las gráficas con nueve motivos diferentes. Un estudio, una piscina, el balneario de Montañita y las calles de la ciudad sirvieron de locaciones. Las imágenes son informales. En la playa, el modelo comiendo canguil mientras observa la televisión o luciendo atuendos deportivos.
Este oficio, según el top model, no tiene lugares fijos de trabajo ni horarios. “Hoy puedes encontrarte en la selva guatemalteca, posando con animales salvajes y soportando un calor infernal. En cambio, mañana, puedes llevar elegantes trajes en un desfile en Europa. Además, si te toca madrugar, debes hacerlo, no te queda de otra. Los fotógrafos prefieren las primeras luces del día porque son las mejores”.
Un modelo vive de su físico, no puede descuidar su apariencia. “Soy una persona que se maneja con equilibrio, no me gustan los excesos. Duermo temprano, no farreo, así puedo descansar mínimo seis horas. Tampoco fumo ni bebo alcohol y no me enloquezco comiendo, aunque me encantan las pastas y los dulces. Practico deportes de aventura y gimnasia”.
No descarta recurrir a la cirugía plástica en algún momento. No está en contra de ella, sin embargo, sí crítica su abuso. “Hay mujeres que sin importarles los riesgos viven en un quirófano. Sus facciones y ciertas partes del cuerpo pierden naturalidad, al punto que parecen muñecas”.
Hernán Drago, quien intervendrá en el desfile La Playa 2005, cuya organización está a cargo del suplemento La Revista y que se desarrollará el 1 de febrero en Expoplaza, no comparte la idea de que la carrera profesional de un modelo tenga corta duración.
“No lo digo yo, sino los expertos. Ellos opinan que el mercado demanda gente de distintas edades. Pero cuando ya no pueda vivir de mi imagen realizaré desfiles, eventos o preparé a nuevos talentos”, acota.