La petrolera estadounidense Chevron-Texaco volvió este lunes a negar las acusaciones de cientos de indígenas ecuatorianos sobre la contaminación de amplios territorios en la región amazónica de este país.
 
El consejero de la firma petrolera en Ecuador, Ricardo Reis Vega, también insistió en que los daños ecológicos causados en esa zona son responsabilidad de la compañía estatal ecuatoriana, Petroecuador.
 
Reis Vega indicó en una rueda de prensa en Quito que en ninguna de las cuatro inspecciones judiciales que se han efectuado desde agosto pasado en zonas donde operó su compañía se han detectado elementos contaminantes que pongan en riesgo la salud pública.
 
Varias comunidades indígenas asentadas en la Amazonía de Ecuador, así como decenas de colonos, han demandado a Texaco por los daños ambientales en sus territorios, producidos entre 1972 y 1990, periodo en el que la firma petrolera operó en este país.
 
"No hay base técnica que sustente las acusaciones hechas por los demandantes", precisa un informe de la compañía difundido este lunes, tras aclarar que son 3.000 personas los que han presentado la demanda a Texaco.
 
Reis Vega desestimó un informe difundido en diciembre del año pasado por los abogados acusadores en el que se aseguraba que las fuentes de agua de la zona están contaminadas con petróleo.
 
"Las pruebas de agua mostraron altos niveles de contaminación bacteriana relacionada con desperdicios humanos y animales, y no provenientes del petróleo, resaltó.
 
La petrolera estadounidense mantiene su acusación a la estatal ecuatoriana de ser "corresponsable en el hecho. Existen áreas remediadas por Petroecuador que no cumplen con los estándares internacionales", añade el informe de la multinacional estadounidense.
 
Reis Vega recordó que Texaco firmó en 1998 un acuerdo con las entonces autoridades de Petroecuador en el cual "se libera de cualquier posterior responsabilidad" a su empresa.
 
Aseguró también que, gracias a los resultados negativos de unas últimas muestras investigadas en el proceso, "las reclamaciones hechas por los demandantes han probado ser falsas".
 
"Estamos dispuestos a someter nuestros métodos de prueba a todo tipo de escrutinio científico y desafiamos a los demandantes a que hagan lo mismo", subrayó Reis Vega.
 
Por su parte, los grupos ecologistas que respaldan la demanda de los indígenas indicaron en un comunicado de prensa que el proceso apenas se encuentra en fase de investigación, la cual supuestamente ha demostrado los daños ambientales causados por la actividad petrolera, en especial por la Texaco.
 
Los demandantes exigen la reparación ambiental de la zona e indemnizaciones millonarias a la petrolera.
 
Las acusaciones fueron presentadas hace unos 10 años ante tribunales estadounidenses, pero al final su jurisdicción recayó en la Corte Superior de Justicia de la ciudad ecuatoriana de Nueva Loja, la capital de la provincia amazónica de Sucumbíos.
 
El presidente de ese Tribunal decidió la semana pasada investigar nuevos campos petrolíferos que fueron operados por Texaco, y donde se habrían causado daños ambientales severos.
 
Entre enero y marzo de este año, la Corte de Nueva Loja efectuará inspecciones en las estaciones petroleras de Lago Agrio Norte, los pozos Sacha 18 y 85, la estación Sacha Central y varios campos en la región de Shushufindi.
 
Los acusadores se han organizado en una Asamblea de Delegados, formada por representantes de las etnias indígenas siona, secoya, cofán y huaorani, además de los colonos y el Frente de Defensa de la Amazonía, que aglutina a organizaciones ambientalistas.
 
El proceso de los indígenas ecuatorianos contra Texaco ha sido calificada como "el juicio del siglo" por la importancia y el precedente que puede sentar para "detener los abusos ambientales" cometidos por las empresas petroleras en todo el mundo, señala el comunicado del Frente de Defensa de la Amazonía.