En una nueva muestra del sincretismo religioso de Salvador de Bahía, cientos de mujeres pidieron la protección de los santos africanos y católicos para el carnaval que este jueves comenzó en esa ciudad del noreste de Brasil.
 
Como ocurre desde hace al menos dos siglos, unas 400 mujeres, con los frondosos vestidos de color blanco característicos de las madres espirituales del candomblé, llegaron con agua, jabón, escobas y flores a las escaleras de la Iglesia de Bomfim, en lo alto de la llamada Colina Sagrada.
 
Al ritmo infernal de 50 bandas que le ponían música al rito, las mujeres limpiaron frenéticamente los 250 escalones de las escalinatas, los perfumaron con aromas de flores y pidieron la protección de todos los santos.
 
La ceremonia tuvo, como en otros años, carácter ecuménico y contó con la presencia de sacerdotes católicos, judíos, islámicos y del candomblé.
 
"Quisimos aprovechar la ceremonia para orar juntos por la paz", dijo el coordinador de la Archidiócesis de Salvador, Manoel Filho.
 
Según la tradición oral, el origen de este rito se remonta a la colonia, cuando las esclavas eran obligadas a lavar esas mismas escaleras y dejarlas relucientes para cuando sus amos acudieran a la misa de Pascua.
 
Abolida la esclavitud, la ceremonia perduró, se popularizó y se convirtió en la apertura oficiosa de las fiestas del Carnaval, que a diferencia del resto de Brasil, en Bahía, cuya capital es Salvador de Bahía, se prolongan durante todo un mes.
 
Tras la oración y la limpieza, las bandas guiaron a la multitud que asistió al acto en lo que fue el primer desfile del Carnaval de este año por las calles de la ciudad natal del popular músico Carlinhos Brown.
 
En ese desfile, la multitud olvidó por completó lo religioso y lo divino para entregarse a lo profano del Carnaval, una fiesta que en Bahía se celebra con millones de personas en las calles durante días y días.
 
Desde hoy, y hasta el próximo Miércoles de Ceniza, esa será la tónica en Salvador, cuyo carnaval compite con el de Río de Janeiro, donde las escuelas de samba comienzan a calentar los tambores para la gran fiesta de los próximos 7 y 8 de febrero.